
Fórmula 1
Ya no hay jefes de equipo como los de antes en la Fórmula 1
Zak Brown, CEO de McLaren y políticamente correcto, recibió críticas por no dejar que sus pilotos lucharan en el GP de Italia. Ahora hay un «buenismo» que no existía en los tiempos de Ron Dennis, Briatore o Jean Todt

Dicen que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, o no, pero hay cosas que la nostalgia o lo que sea siempre lleva a recordar otras épocas con más cariño. En el pasado Gran Premio de Italia de Fórmula 1 se produjo un hecho inverosímil que removió y sacudió a muchos aficionados a este deporte. Lo protagonizó el CEO de McLaren, Zak Brown, por una decisión que tomó y cuya orden acató uno de sus pilotos.
A estas alturas de la temporada el Mundial de Pilotos se lo van a jugar sus dos pupilos, Norris y Piastri, y los demás quedan ya muy lejos. Además, para relajar más la situación, el título de constructores, el que de verdad importa económicamente, lo tiene ya más que hecho McLaren.
El otro día en Monza, Norris estaba por delante, pero un error del equipo en la parada en boxes para sustituir neumáticos le hizo perder la posición. Fue entonces cuando Piastri le superó y eso le hacía quedar por delante y aumentar su ventaja en la clasificación. Sin embargo, desde la dirección de la escudería le ordenaron intercambiar su segunda plaza por el hecho de que fueron ellos mismos los que perjudicaron a Norris.
El australiano protestó a su manera, diciendo que no era eso lo hablado, pero cumplió la sugerencia… La diferencia de puntos que le hacía perder no era mucha, pero seguramente lo hablarían después. Brown no dejó que lucharan y su «buenismo» quedó latente delante de millones de espectadores.
En el pasado, otros jefes de equipo como Ron Dennis (McLaren), Frank Williams (Williams), Flavio Briatore (Renault), Jean Todt (Ferrari) no habrían permitido semejante movimiento. Puede que alguno como Todt, con el que Ferrari logró cinco títulos consecutivos, ni siquiera hubiera llegado a permitir que dos de sus pilotos lucharan por el campeonato. Pero los tiempos han cambiado y los jefes de equipo que hay ahora son políticamente correctos. Brown, Wolff, Vasseur, Mekies… y el único que más o menos daba algo de pelea, Christian Horner (Red Bull), fue despedido recientemente.
Ahora, por aquello de la televisión y series de Netflix como «Drive to survive», los jefes de equipo son más populares, pero no tienen el carácter de sus antecesores. Es como los presidentes de los equipos de fútbol. Antes había más salsa y ahora apenas son conocidos. Antes estaban Gil, Mendoza, Lopera, Núñez, Gaspart… ideales para el espectáculo. Ahora son conocidos dos o tres.
De aquí al final de temporada veremos más decisiones de estas en McLaren, que deberá gestionar bien a sus pilotos si no quiere que haya algún accidente, una imagen que ninguna escudería desea protagonizar. La diferencia que tiene Piastri es un margen de apenas una carrera, sin embargo, todavía quedan Grandes Premios para que las cosas se vuelvan a igualar. McLaren vuelve a estar en la pelea, pero en Woking ya no está Ron Dennis, que dejó luchar a sus pilotos de forma salvaje… dentro y fuera de la pista. En esta misma escudería se produjeron las mejores luchas que ha vivido la F1: Lauda-Prost; Senna-Prost; Alonso-Hamilton… y muy cerca de allí, en la escudería Williams, también vivieron situaciones con Nelson Piquet, Nigel Mansell, Alain Prost… Pura magia.
Ahora todo está muy medido, incluso los comentarios por radio, con algunas palabras y expresiones prohibidas bajo amenaza de sanción, no solo económica, sino también a trabajos de relaciones públicas y didácticas que trastocan los planes y el descanso de los propios pilotos.
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