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Alonso, ahora o nunca

El circuito de Hungaroring, donde el pilotaje es más importante que el motor, permite al español estar más cerca de los mejores

Fernando Alonso, pensativo en el circuito de Hungaroring
Fernando Alonso, pensativo en el circuito de Hungaroringlarazon

El circuito de Hungaroring, donde el pilotaje es más importante que el motor, permite al español estar más cerca de los mejores.

Hungría es un circuito que trae sensaciones de todo tipo a Fernando Alonso. En este escenario logró su primera victoria, libró grandes batallas con Michael Schumacher, estuvo a punto de perder un título y libró una de las mayores broncas vistas en la historia de la F-1 cuando, en 2007 y jugándose el título, discutió con Ron Dennis y Lewis Hamilton. Hoy se enfrenta a una realidad bien diferente.

El trazado de Hungaroring es la última baza del asturiano para obtener un resultado positivo con el coche que conduce este año. El motor pasa a un segundo plano y, a excepción de la recta, el chasis y la capacidad de tracción juegan un papel muy importante. Por este motivo el español brilló en los entrenamientos libres y se colocó entre los ocho primeros. Es decir, cuando la unidad de potencia de Honda tiene menor intervención sale a relucir algo que Alonso no ha olvidado: pilotar al máximo nivel. Del ovetense puede esperarse que extraiga del monoplaza el 120 por ciento, pero un síntoma de que el chasis va bien es que su compañero Vandoorne está muy cerca, y eso quiere decir que pueden esperar un buen resultado. Claro que la fiabilidad del Honda, aunque corra poco, tampoco es la mejor de la F-1 actual.

La actividad en pista fue intensa, casi la misma que en los despachos y cualquier sala pequeña que sirva para llevar a cabo una reunión para dirimir los posibles fichajes del próximo año. La llave principal la tiene Sebastian Vettel, que, sorprendentemente, está estirando demasiado su renovación con Ferrari, y una vez que eso ocurra el resto caerá como las fichas de un dominó.

El que sí tiene los dos pies fuera de la Fórmula 1 es Jolyon Palmer, piloto de Renault, que está protagonizando una temporada nefasta. Su asiento es uno de los más codiciados porque la marca francesa está evolucionando bien y, además, tiene el capital necesario para invertir en desarrollo. Y, sobre todo, saben hacerlo, porque en el caso de Honda tienen «la pasta» y, sin embargo, están haciendo el mayor de los ridículos tecnológicos nunca antes visto en esta especialidad.

Renault quiere a Carlos Sainz y el madrileño, casi sin quererlo, se está convirtiendo en una pieza de negociación y moneda de cambio entre el fabricante y Red Bull. El primero suministra motores y el segundo quiere una rebaja en el precio y un salto de rendimiento importante.

Otro interesado en el asiento de Renault es Sergio Pérez, que podría dar el salto que tanto persigue desde hace años, desde que diera un paso atrás cuando fichó por McLaren hace varias temporadas. También Fernando Alonso figura en estas quinielas, pero lo cierto es que el asturiano está esperando el movimiento de McLaren para confirmar que sigue con Honda o si finalmente llega otro suministrador de motores, ya sea Mercedes o la propia Renault. En cualquier caso, el destino de Alonso es una incógnita, aunque cada día ofrece más señales sobre su próxima salida a otra escudería o incluso a otra especialidad. «Yo quiero ganar el año que viene y para eso tienen que cambiar muchas cosas aquí –refiriéndose a McLaren–. Si eso ocurre, existe una posibilidad de que me quede. Es algo que tendré que considerar en septiembre», asegura. Y fue más allá: «Siempre he dicho que estoy dispuesto a todo».

El mercado está a la espera de las renovaciones en Ferrari (también se especula con la posibilidad de que Kimi Raikkonen se retire al final de temporada) y una vez que estos dos asientos estén cerrados las posibilidades se irán acotando.