Automovilismo

Alonso hace historia

En las 24 horas de Le Mans el asturiano logró la victoria en su debut junto a Buemi y Nakajima. Es el segundo español en conseguir esta proeza tras hacerlo Gené en 2009

El equipo japonés consiguió su primera victoria en esta carrera / Foto: Efe
El equipo japonés consiguió su primera victoria en esta carrera / Foto: Efelarazon

En las 24 horas de Le Mans el asturiano logró la victoria en su debut junto a Buemi y Nakajima. Es el segundo español en conseguir esta proeza tras hacerlo Gené en 2009.

Las 24 horas de Le Mans no es una carrera cualquiera. Es todo un reto físico y mental que requiere una formación específica y muchos días de experiencia. Está repleta de emociones. Es un desafío al que Fernando Alonso se ha enfrentado con apenas unos meses de preparación, una sola carrera previa pilotando el coche y con el inconveniente de seguir compitiendo, a la vez, en la F-1. Con estas premisas se plantó el asturiano el lunes en la localidad francesa de Le Mans para disputar la prueba. Debía seguir estudiando los complejos sistemas del coche y su propulsión híbrida con 1.000 caballos de potencia equivalente, ver horas y horas de cámaras interiores de otros años, conocer a los rivales y empaparse de cientos de historias de la prueba que le ayudaran a conocer su esencia.

Y todo, con el carácter de debutante a pesar de sus dos títulos de campeón mundial y su talento. Su equipo no competía contra otra marca como en años anteriores (Porsche y Audi), sino contra su destino y la leyenda de una carrera que elige a sus ganadores. La marca japonesa ponía en liza dos coches con Alonso compartiendo volante con el suizo Buemi y el japonés Nakajima, dos ex de la F-1 que pasaron sin pena ni gloria y que en Le Mans alcanzaron un nivel que casi los lleva al triunfo en 2016. En aquella ocasión perdieron el liderato cuando faltaban cinco minutos para cruzar la línea de meta. Todo un drama del que no se recuperaron hasta ayer cuando por fin subieron a lo más alto del podio dos años después.

Con la llegada de Alonso la configuración del coche fue diferente, el asturiano convenció a sus compañeros para optar por una vía que favoreciera la conducción nocturna y los ingenieros creyeron en su planteamiento. Su coche, el número 8, alternó la primera plaza con el otro vehículo de Toyota hasta que una vez entrada la noche sus rivales comenzaron a distanciarse. Además, las cosas se agravaron cuando su compañero no redujo la velocidad en una zona con banderas amarillas y esto le supuso al equipo un minuto de sanción. Así las cosas, Alonso subió al coche a la 01:41 de la mañana y empezó a reducir la distancia de dos minutos que tenían en ese momento y que podría definir el resultado final de la prueba.

Fue un relevo que pasará a la historia por la determinación del asturiano para poner las cosas en su sitio. Le ganó la partida al otro piloto de Toyota, y rival, «Pechito» López, al que en ocasiones sacó entre cinco y seis segundos de ventaja por vuelta para terminar su turno a sólo 38 segundos. Una labor que luego remató su compañero Nakajima, que poco después superó a los rivales para alcanzar el primer puesto y no abandonarlo hasta el final.

Luego todo resultó mas fácil, dentro de la enorme complejidad que significa esta carrera donde cometer un error es más que probable. Pero eso no ocurrió y después de unas horas interminables llegó la gloria, más que merecida, para Buemi y Nakajima después del varapalo sufrido en 2016, y también para Alonso, que en apenas cinco meses sin dedicación exclusiva ha sabido adaptarse a un coche, a un equipo y a una competición que no conocía. Tiró del equipo en el momento más delicado y el resultado llegó. El asturiano cumplió su objetivo y vuelve a demostrar su tremendo nivel como piloto.

Las 500 Millas de Indianápolis son su próximo destino.