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Betis

0-2. Hegemonía a medio gas

El Sevilla no necesita jugar bien para vencer 0-2 en el campo del Betis y encarrilar su pase a los cuartos de la Copa del Rey

Los jugadores del Sevilla celebran el segundo gol, marcado por el centrocampista polaco Grzegorz Krychowiak larazon

El Sevilla no necesita jugar bien para vencer 0-2 en el campo del Betis y encarrilar su pase a los cuartos de la Copa del Rey

En el siglo largo de rivalidad vecinal, habría que remontarse a la postguerra para encontrar una situación de desigualdad tan acusada en el fútbol sevillano. Desde hace una década, el Sevilla domina la ciudad sin discusión y encadena victorias sobre un Betis sumido en permanente crisis. Ayer, en la ida de los octavos de la Copa, el equipo de Emery dejó casi sellado su pase a cuartos pese a jugar al paso. Pero un par de chispazos le bastaron para doblegar sin despeinarse a un adversario cadavérico, debilitado encima por la alineación insensata de Mel.

El debilísimo once bético era una invitación al ataque y así lo entendió el Sevilla, que se aposentó de inicio en la mitad del terreno de un rival incapaz de retener la pelota durante más de diez segundos. Merodeaban los rojos la puerta de Dani Giménez, portero suplente protegido por un cuarteto defensivo de cartón. Más que los pases que pudiese filtrar Banega a Immobile, lo que escalofriaba al graderío era la identidad de sus zagueros. No se había cumplido el cuarto de hora cuando Pezzella dio razón a sus detractores.

Michael Krohn-Dehli no termina de convencer a nadie, excepto a su entrenador. Es un futbolista honrado, corretón y con cierto manejo de balón, pero sus virtudes son insuficientes para gozar de minutos en una plantilla a priori tan ambiciosa como la sevillista. En el derbi liguero de diciembre, la alineación del danés fue reprochada como muestra de la falta de ambición de Emery, que volvió a apostar por él. Partiendo desde la izquierda, enfiló la diagonal y, tras quebrar a N’Diaye, se sorprendió al ver a Pezzella desertar de la ayuda: camino expedito hasta la portería y 0-1 de disparo cruzado. En ocasiones, las apuestas de los técnicos resultan ganadores, pero a veces resulta que la suerte convierte en buena una mala decisión.

Había sevillistas que temían una ventaja temprana de su equipo porque en esas situaciones es donde sale a relucir la cara más fea de Emery, un entrenador excepcional cuyo pecado capital es un conformismo rayano en la cobardía. Volvió a ocurrir. Pese a que el Betis no daba señales de vida, el Sevilla dio varios pasos atrás y el encuentro entró en una larga fase de tedio. Nada ocurría entre dos rivales que boxeaban a veinte metros uno del otro, manoteando al aire el uno por pura incapacidad y aporreando sombras el otro, encantado de que nada sucediese.

Así podría haber concluido el partido de no haber llegado el 0-2 en los albores de la segunda mitad, anotado por Krychowiak después de una melé en el área pequeña del Betis. A los locales les dio vergüenza no intentar algo, para lo que entraron Dani Ceballos y Rubén Castro, y los rojos se dieron cuenta de que podían hacer sangre a la contra. Como el Betis no está para nada, las ocasiones fueron sevillistas: dos estrelló Gameiro en Dani Giménez y otras dos Banega en los postes. Pero los béticos también dilapidaron una gran oportunidad, nada menos que un penalti que Rubén Castro lanzó a las nubes. Parece como deprimido el crack.

La eliminatoria no estaría tan decidida como parece si el Betis tuviese algo de pulso. Hace menos de dos años, en la Liga Europa, el Sevilla remontó un 0-2 en el Benito Villamarín. Pero ningún sevillano sensato atisba el final de un ciclo de dominación que comienza a parecer eterno.

- Ficha técnica:

0 - Betis: Adán; Piccini, Pezzella, Jordi Figueras, Varela; Petros (Joaquín, m.36), Digard, N'Diaye, Portillo (Dani Ceballos, m.52); Jorge Molina (Rubén Castro, m.69) y Van Wolfswinkel.

2 - Sevilla: Sergio Rico; Coke, Rami, Kolodziejczak, Trémoulinas; Krychowiak, Cristóforo; Vitolo (Reyes, m.55), Éver Banega, Krohn-Dehli (Konoplyanka, m.76); Immobile (Gameiro, m.64).

Goles: 0-1, M.13: Krohn-Dehli. 0-2, M.49: Krychowiak.

Árbitro: Carlos del Cerro Grande (C. Madrileño). Expulsó por doble amarilla al bético N'Diaye, que las vio en los minutos 26 y 86. Además, amonestó a los locales Petros (m.22), Piccini (m.48), Dani Ceballos (m.64) y Pezzella (m.92), y a los visitantes Rami (m.28), Krychowiak (m.60), Kolodziejczak (m.80), Coke (m.84)

Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey disputado en el Benito Villamarín ante 36.832 espectadores, entre ellos 1.100 seguidores sevillistas que ocuparon una grada especial para la afición visitante. Césped en perfecto estado.

Efe