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Sevilla

0-5. El Sevilla presenta sus credenciales para la fase de grupos

El Sevilla FC presentó su credenciales para la fase de grupos de la Liga Europa, en la que quiere volver a destacar tras una temporada fuera de competiciones continentales, al superar a domicilio al Slask polaco por un contundente 0-5 y por un 9-1 en el total de la eliminatoria.

El equipo andaluz salió despistado en el primer cuarto de hora, el mismo tiempo que tuvo el Slask para creerse que le podía dar la vuelta a la eliminatoria, pero después se mostró muy superior.

Se había apelado en Breslavia al espíritu que exhibió el Wisla de Cracovia en 2000 cuando superó ante otro español, el Real Zaragoza, una eliminatoria que tenía también en contra por un 4-1 de la ida.

Los aproximadamente 43.000 ruidosos espectadores que llenaron el moderno estadio polaco llevaron a los suyos a que tuvieran un gran empuje en el arranque del partido.

Antes de que se cumpliera el primer minuto el meta sevillista, el portugués Antonio Alberto Bastos 'Beto' tuvo que intervenir con mucho acierto a un remate con peligro, pero es que a los cuatro minutos el Slask había botado ya tres saques de esquina, datos que tradujeron lo que se vio sobre el terreno, a un equipo con muchas ganas y otro muy nervioso y encogido.

Tardó cinco minutos el Sevilla en llegar por primera vez a las inmediaciones del meta Rafal Gikiewicz, mientras que el equipo que entrena el checo Stanislav Levy se aprovechó de las continuas pérdidas del balón del conjunto de Unay Emery para no cejar en su intento de abrir pronto el marcador.

Cerca de un cuarto de hora duró el despiste de la formación hispalense, hasta que el joven medio punta chileno Brian Rabello, en un jugada personal, estuvo cerca de poner el 0-1 con un remate desde lejos que se le fue por muy poco ajustado a la cepa de un poste.

Pareció una jugada psicológica que le metió el miedo en el cuerpo a los polacos, pues desde entonces el Sevilla, que antes no lo había visto, empezó a controlar el balón, gracias sobre todo al control en el centro del campo del croata Iván Rakitic.

Precisamente Rakitic, con un remate desde lejos en el que encontró la inestimable colaboración del portero polaco, puso el 0-1 y ahí empezó a desinflarse el Slask, que además, vio como cuando gozaba de ocasiones eran desperdiciadas, como la que tuvo Sebastian Mila, al que se le fue el balón fuera con Beto desplazado, o la de Amir Spahic, también con el meta batido pero que se encontró la cabeza salvadora del hoy central titular Juan Cala.

El Sevilla, por su parte, no perdonó ante un adversario ya tácticamente desorientado para lograr el segundo, en una buena incursión por el extremo derecho de Jairo Sampeiro y la cesión en el llamado pase de la muerte al colombiano Carlos Bacca, quien dejó el 0-2 al descanso.

En la segunda parte, Levy dio entrada desde el inicio a un hombre alta de carácter ofensivo como Jakub Wiezik en lugar del lateral izquierdo Spahic, pero el Slask debía conseguir seis goles y que el Sevilla no marcara más, algo muy improbable.

Emery, incluso, le dio entrada pronto entrada a dos jugadores del filial convocados para este partido, el central Israel Puerto y el centrocampista Antonio Jesús Cotán, para dar descanso a Fernando Navarro y Rakitic ya pensando en el partido del domingo en el Sánchez Pizjuán ante el Málaga.

Rabello, otro de los destacados del Sevilla, también dejó el terreno para gozar de un merecido descanso y su lugar lo cogió el argentino Diego Perroti, con lo que el técnico guipuzcoano agotó los tres cambios con aproximadamente media hora mas de encuentro, lo que dio una idea de que era consciente de que el pase estaba asegurado.

Aún así, Jairo, joven jugador contratado esta campaña procedente del Racing de Santander, tuvo premio a sus ganas y buen hacer al lograr el tercero y darle el pase del cuarto a Perotti poco después ante un rival completamente entregado que no veía el momento en el que el árbitro turco señalase el final del choque y que vio como antes Bacca metió el quinto, segundo en su cuenta personal al aprovecharse de un garrafal fallo del portero.