Historias del balón
Bebel, el futbolista fusilado en 1936 que se orinó en sus verdugos
Fue jugador del Deportivo La Coruña en los años treinta y ejecutado en los comienzos de la Guerra Civil española por su militancia socialista. Su última voluntad ha pasado a la historia
Bebel, gallego y futbolista, llamado como el dirigente socialdemócrata alemán AugustBebel, estuvo cuatro temporadas en el Deportivo de La Coruña, desde 1932 hasta 1936, cuando este equipo militaba en la Segunda división del fútbol español. Fusilado horas después del alzamiento militar del 18 de julio encabezado por Franco, ha pasado a la historia no solo por su trágica muerte sino por su peculiar última voluntad.
“Zurdo para jugar y para pensar”
Era de Ribadeo pero su historia la inmortalizó el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su obra “Espejos. Una historia casi universal”: «La Coruña, verano de 1936: Bebel García muere fusilado./ Bebel es zurdo para jugar y para pensar./ En el estadio, se pone la camiseta del Dépor./ A la salida del estadio, se pone la camiseta de la Juventud Socialista./ Once días después del cuartelazo de Franco, cuando acaba de cumplir 22 años, enfrenta al pelotón de fusilamiento:/ -Un momento? manda./ Y los soldados, gallegos como él, futboleros como él, obedecen./ Entonces, Bebel se desabrocha la bragueta, lentamente, botón tras botón, y de cara al pelotón echa una larga meada./ Después, se abrocha la bragueta:/- Ahora sí».
A menos de cuarenta minutos a pie del estadio de Riazor está la calle de los Hermanos de la Lejía. La placa que da nombre al pavimento está ahí desde 2002, cuando el Ayuntamiento de la ciudad quiso homenajear a una familia ilustre que padeció en los primeros compases de la Guerra Civil. Se trata de los García García.
Bebel era uno de los ocho hijos del ribadense José García Iglesias y de la castropoleña Concha García Álvarez. La familia, de ideas socialistas, puso nombres de políticos izquierdistas a sus vástagos: Bebel (por el fundador de la socialdemocracia alemana), Jaurés, France, Voltaire, Conchita, Bélgica, Berthelot y José, Pepín de la Lejía, el mayor y el único bautizado.
Tras el Golpe de estado del 18 de julio Bebel fue detenido, encarcelado, juzgado por rebelión militar y finalmente fusilado el 29 de julio. Tenía 22 años. Junto a él fue ejecutado también su hermano France, de 24 años. Un tercer hermano, Jaurés, fue también encarcelado y aunque en un primer momento no fue fusilado por ser menor de edad, finalmente apareció muerto en el exterior de la prisión, tras aplicársele la “Ley de Fugas”. Un cuarto hermano, José, de 25 años, fue juzgado por sedición pero consiguió huir en un barco pesquero y se unió a las tropas republicanas; tras la guerra, se exilió a Sudamérica. Eran conocidos como “Los de la Lejía”, ya que trabajaban en una fábrica de producción y distribución de lejía, un negocio familiar creado por su padre.
Bebel pertenecía a las Juventudes Socialistas Unificadas, formó parte de las milicias antifascistas y participó muy activamente en la defensa de la ciudad contra los sublevados. Una vez que A Coruña fue tomada, huyó en dirección a Asturias, pero fue detenido el 25 de julio por la Guardia Civil en Guitiriz (Lugo).
Tras un juicio sumarísimo, él y su hermano France fueron condenados a muerte. José María Salvador y Merino, presidente del Deportivo de La Coruña entre 1935 y 1941, asesoró a la autoridad militar en el juicio.
“La meada de la rebeldía”
El 29 de julio de 1936, Bebel, quien hasta hacía unos años había sido el goleador zurdo y bajito del Depor, fue llevado ante un pelotón de fusilamiento en el Campo de la Rata, cerca de la emblemática Torre de Hércules que preside la costa de la ciudad. Con tan sólo 22 años, su última voluntad antes de morir, concedida por sus verdugos, fue orinar de cara al pelotón antes de ser ejecutado. Un acto de rebeldía a las puertas de la muerte.
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