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Escándalo

Los abusos sexuales que han paralizado el fútbol femenino en Estados Unidos

El entrenador Paul Riley fue despedido tras las duras acusaciones de la ex jugadoras Sinead Farrelly y Mana Shim. La Liga se ha paralizado y la FIFA ya investiga el escándalo.

Duro golpe al fútbol femenino estadounidense
Duro golpe al fútbol femenino estadounidenseInstagramLa Razon

La Liga Nacional de Fútbol Femenino de Estados Unidos ha confirmado que los órganos judiciales de la FIFA ha abierto una investigación sobre el escándalo sexual en el que se ha visto involucrado un entrenador y que generó la suspensión total de los partidos programados para este fin de semana. Las afirmaciones de dos exjugadoras de coerción, las amenazas y los abusos sexuales contra Paul Riley llevaron el pasado jueves al despido de su cargo de entrenador del equipo de North Carolina Courage. Sinead Farrelly y Mana Shim fueron las futbolistas que denunciaron públicamente los abusos sexuales de Paul Riley en The Athletic y los acontecimientos se precipitaron.

Investigación de la FIFA

Aunque se trata de un asunto relacionado con una asociación miembro de la FIFA, -normalmente la FIFA no interviene en los problemas internos en cada una de las federaciones- la National Women’s Soccer League (NWSL, en inglés) considera que su intervención será de gran valor a la hora de esclarecer todo lo sucedido. Tanto la Federación de Fútbol de Estados Unidos como la NWSL serán las encargadas de aportar toda la documentación que la FIFA les solicite de cada una de las partes implicadas en el escándalo.

Estos abusos han llevado también a la renuncia de Lisa Baird, comisionada de la NWSL, y considerada una ejecutiva modelo en el desarrollo de la liga femenina que, desde la pasada temporada se convirtió en una organización independiente sin que estuviese bajo la dirección de la Federación de Fútbol de Estados Unidos.

De hecho, tras su brillante experiencia como directora de marketing del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos y anteriormente de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), donde fue pionera en programas innovadores para minorías, jóvenes, plataformas comercio electrónico en deportes, Baird ya había conseguido grandes patrocinadores para la liga como comisionada. Todo parecía ir viento en popa hasta que el pasado jueves la liga saltaba por los aires.

No se trata, sin embargo, de un caso aislado. En agosto ya se dieron a conocer diferentes acusaciones contra Richie Burke, entrenador del equipo Washington Spirit, de haber creado un ambiente machista y abusivo dentro del vestuario. Burke fue finalmente despedido tras una investigación.

Importantes referentes del futbol femenino ha criticado duramente a la liga por no proteger a las futbolistas y por no tomar pasos contundentes para investigar -y que no se repitan- estos comportamientos. Una de ellas fue Megan Rapinoe, estrella del fútbol estadounidense y una gran figura de la lucha feminista en el deporte.

“Son unos monstruos”

“A todos los que estaban en una posición de poder y que dejaron que esto sucediera, que lo oyeron y lo dejaron estar (...), QUE SE JODAN. Son todos unos monstruos y pueden presentar sus dimisiones inmediatamente”, escribió el jueves en Twitter.

Alex Morgan, figura de la selección estadounidense y exjugadora del Portland Thorns, donde jugó a las órdenes de Riley, ratificó en el artículo las acusaciones de sus entonces compañeras y en un mensaje posterior en Twitter recalcó que la NWSL, incluida la comisionada Baird, conocía de primera mano las denuncias y no tomó medidas. “La liga fue informada de estas acusaciones (contra Riley) en múltiples ocasiones y en múltiples ocasiones rechazó investigar estas acusaciones”, escribió.

“La liga debe aceptar responsabilidad por un proceso en el que falló en proteger a sus propias jugadoras de este abuso”, dijo Morgan, actual figura del Orlando Pride y campeona de los dos últimos Mundiales con la selección estadounidense.

El presunto acoso a Farrelly comenzó en 2011 cuando era jugadora del Philadelphia Independence de la ahora desaparecida Liga Femenina de Fútbol Profesional. Farrelly narró durante la entrevista que  el abuso continuó cuando estaba con las Portland Thorns. Shim, una exjugadora de las Thorns, que antes había estado con las Houston Dash, también sufrió acoso. El equipo investigó las afirmaciones sobre Riley y las pasó a la liga después de despedirlo.

Su equipo actual, el North Carolina Courage, también lo despidió de inmediato. La Federación de Fútbol le retiró de manera temporal la licencia de entrenador y junto a la NWSL dio a conocer la apertura de sendas investigaciones independientes para esclarecer las acusaciones y los hechos, al igual que hará la propia FIFA.

En una declaración a The Athletic, Riley negó haberse comportado de forma incorrecta y dijo las acusaciones son “completamente falsas”. “Nunca he tenido relaciones sexuales con estas jugadoras ni les he hecho insinuaciones sexuales”, afirmó el técnico.