Fútbol
Un Clásico sin certezas
El gran choque de LaLiga confirmará los brotes verdes de Koeman o el plan que desarrolló Ancelotti contra el Shakhtar
Son muchas las preguntas que rodean al primer Clásico de la temporada, el primero, tras año y medio, con público en las gradas. ¿Está el Barcelona bien o mal? Depende de qué partido se mire. El del Valencia fue bueno; los de Champions son para borrarse. ¿Y el Real Madrid de Ancelotti, está haciendo buena temporada? Pues depende también de qué momento del curso se mire. Al principio, muy bien; luego regulín y el último choque, contra el Shakhtar, con muy buenas sensaciones.
Entonces, ¿quién es el favorito para el encuentro de hoy? Pues depende del lugar al que se mire. Los madridistas pensarán que el Real Madrid y los barcelonistas buscan motivos para decantarse por los suyos. Pero la respuesta más sincera sería que: «Ni idea». Es uno de los Barcelona-Real Madrid más abiertos en mucho tiempo, aunque los últimos precedentes inclinan la balanza hacia el conjunto blanco, que suma dos empates y una victoria.
Todo puede pasar porque no está muy claro por dónde pueden salir en cada partido los equipos de Koeman y Ancelotti. Al holandés le dices hola y te responde que el Barcelona no está para competir. Está siendo muy franco en este principio de curso, quizá para curarse las heridas, mientras que Ancelotti ha ido dando vueltas a sus dibujos y a sus jugadores porque el Madrid paso del optimismo a las dudas a un ritmo que sólo se puede dar en esa institución.
El encuentro de hoy va a servir para que uno de los dos entrenadores (o los dos, si se da un empate) confirme que ha encontrado ya el camino correcto. Koeman empieza a ver brotes verdes en los suyos y se agarra a Ansu Fati para espantar el fantasma de Messi. El joven delantero al que Laporta, con su renovación, ha convertido en la bandera del club para pasar por la tormenta es una de las pocas certezas del equipo. Si Ansu Fati se enciende, el resto del grupo se engancha.
El encuentro contra el Shakhtar fue muy importante para el Real Madrid y para Carlo Ancelotti. El día antes aseguró que el 4-3-3 iba a ser el punto de partida y después, el choque le dio la razón. El papel de los tres del centro del campo para dominar al rival los vuelve a convertir en imprescindibles. Arriba, mientras, confía en Karim Benzema y en Vinicius, la extraña pareja que tan buenos resultados está dando.
Hay que agarrarse a lo que funciona, a las certidumbres de cada vestuario y nada mejor que vencer al gran rival para cargarse de motivos para creer.
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