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Historias del balón

El futbolista del Atlético que espió para Hitler y fue rescatado por Franco

Gómez de Lecube, que llegó al club rojiblanco en 1929, acabó siendo agente secreto de la Alemania nazi. El MI5 británico lo detuvo y lo llevó a un campo de concentración

Lecube fichó por el Atlético en 1929
Lecube fichó por el Atlético en 1929ArchivoLa Razon

Los aficionados al fútbol llegaron a compararlo con Gento por su velocidad para correr la banda como extremo derecho, pero más allá de su carrera con un balón en los pies, Juan Emilio Gómez de Lecube (Ribadeo, 1906) esconde un historia apasionante.

Se forma como futbolista en la Real Sociedad de San Sebastián y en la Gimnástica de Torrelavega, antes de llegar al Celta de Vigo, en la temporada 1927-28, donde coincide con Ramón Polo, Rogelio y Reigosa y juntos ganan el campeonato gallego

En la temporada de 1928-29 se va al Atlético de Madrid y destaca como extremo. Allí compite los dos últimos años, porque aunque llega a fichar después por el Barcelona, no jugará. Sí lo hace en dos partidos amistosos con el Valencia el año 1932, dos compromisos que el equipo valenciano tiene contra el Castellón y el Atlético de Madrid.

Juan Lecube fue futbolista, pero la historia le reservó un puesto en el mundo del espionaje.

Admirador de Hitler

Se alistó en el bando nacional durante la Guerra Civil, simpatizaba con el nacionalsocialismo y admiraba a Hitler. Por ello, aceptó ser reclutado en Madrid por la Abwehr, el servicio de espionaje militar, en 1941. En 1942, agentes del MI5 lo arrestan en la isla de Trinidad, la colonia británica del Caribe, acusado de trabajar en España e Hispanoamérica para el ABWEHR (Amt Auslandsnachrichten und Abwehr), Servicio de Información Alemán en el Extranjero, y en consecuencia para la Alta Comandancia del Ejército alemán (OKW).

Al parecer había sido enviado desde Barcelona a Panamá para informar sobre los movimientos de tropas aliadas en aquel importante enclave al que nunca llega. Deportado a Gran Bretaña, es interrogado en el Campo 020 de West Ham, donde niega hasta la saciedad los cargos que contra él se le dirigen, pese a que los británicos tienen docenas de mensajes decodificados suyos dirigidos a los alemanes. Las pruebas eran abrumadoras e incontestables, por lo que Gómez de Lecube fue encerrado en una celda de castigo y sometido a torturas psicológicas. Pero jamás confesó. Eso no le libra de estar en West Ham hasta 1945. Durante esos tres años dirige numerosas peticiones de auxilio tanto hacia España, como a Gran Bretaña, pero con nulo resultado.

Silencio sobre su pasado nazi

Finalmente, el Gobierno de Franco consiguió su traslado a España junto a otros prisioneros. Y comenzó una nueva vida como entrenador.

Obtiene el título de entrenador en 1950 y dirige al Lleida (1951-52)¸ al Sant Andreu (1952-53) y al Condal (1959-60), de Segunda División, y al Hospitalet, en Tercera, la temporada 1961-62. Lecube, que ya había jugado en Primera División con el Atlético de Madrid en los años 20, como técnico empezó a aplicar el sistema de juego que, más tarde, tanto lució en el Barça de Johan Cruyff o Pep Guardiola.

Muere el 2 de mayo de 1966 en Barcelona, después de guardar silencio durante veinte años sobre sus coqueteos con el nazismo.