Fallecimiento

“Nunca olvidaré a Pelé, nos dio alegría en nuestros momentos más tristes”

Los hinchas brasileños lloran la muerte de “O Rei” mientras se prepara el velatorio en el estadio del Santos

En todos los rincones de Brasil se suceden los homenajes a Pelé
En todos los rincones de Brasil se suceden los homenajes a PeléDOUGLAS MAGNOAFP

«Eterno Rei Pelé». A las puertas del Hospital Albert Einstein de Sao Paulo, un joven brasileño rompía a llorar ayer mientras observaba una pancarta de letras negras y fondo blanco, los colores del Santos, en recuerdo al mito de este club y de la selección brasileña que falleció la tarde del jueves a los 82 años a causa de un cáncer de colon que se había expandido al hígado y al pulmón. Pese a no haber vivido las grandes hazañas del eterno 10 de la «canarinha», el adolescente se limpia sus lágrimas y lanza su brazo izquierdo para tocar la letra «E», la segunda de las cuatro letras de Pelé, un nombre que será para siempre sinónimo de fútbol y de Brasil. Un gesto cariñoso lleno de impotencia que refleja la tristeza, la conmoción y el inmenso amor de los brasileños a Pelé. Brasil despide a su hijo más querido, único jugador en la historia del fútbol ganador de tres Copas del Mundo en Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970.

Junto a este joven, decenas de aficionados se congregaron desde la mañana del viernes en las inmediaciones de este hospital, donde Pelé fue ingresado un mes antes de fallecer el pasado 29 de diciembre. Antonio da Paz, de 67 años, recordaba a Pelé como un hombre capaz de hacer feliz a todo Brasil: «Nos dio alegría incluso en nuestros momentos más tristes. Nunca le olvidaré, el rey brasileño del fútbol». Los hinchas, muchos de ellos vestidos con la camiseta del Santos o de la selección, se han acercado a las puertas del hospital desde que la hija de Pelé, Kely Nascimento, anunciase su muerte: «Todo lo que somos es gracias a ti. Te amamos infinitamente».

Desde entonces, Brasil homenajea a Pelé, recuerda sus mejores jugadas en un emotivo vídeo publicado por el Santos y espera para despedirle en el velatorio del estadio Urbano Caldeira del Santos, que comenzará el lunes 2 de enero a las 10 de la mañana de Sao Paulo tras la toma de posesión del presidente entrante de Brasil, Lula da Silva, el 1 de enero. La estatua del Cristo Redentor, en Río de Janeiro, se iluminó con los colores verde y amarillo de la selección nacional de Brasil en honor a la leyenda Edson Arantes do Nascimento. «Yo le pregunto a Dios por qué me ha dado tanta atención y cariño. Esto es algo que sólo él puede responder. Yo procuro hacer cumplir las cosas que acontecen naturalmente», contaba Pelé en el programa «Entérate» del informativo colombiano Caracol.

El rostro del hombre con el que el fútbol pasó de blanco y negro a color fue proyectado en la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo, donde los transeúntes se paraban emocionados para hacer fotos y vídeos que invadieron las redes sociales. La tristeza por su pérdida ha venido acompañada de sentidos homenajes por todo Brasil en los que Pelé es reivindicado como «eterno». La portada del diario «O Estado de Sao Paulo» reflejaba el sentimiento que se vive en Brasil desde la tarde del jueves: «Pelé murió, si es que Pelé muere». Las imágenes del astro del fútbol, que aprendió de niño a dominar el balón mientras trabajaba como limpiabotas, han llenado los informativos, las redes sociales y las portadas de Brasil.

La muerte de Pelé ha logrado unir a un país dividido por la crispación política. Tras el intento de atentado en el Aeropuerto Internacional de Brasilia de un empresario bolsonarista para «evitar un gobierno comunista» de Lula el pasado sábado, Brasil llora unido a su gran ídolo. El presidente saliente, Jair Bolsonaro, ha decretado tres días de luto oficial. Ha transmitido sus «condolencias a amigos y familiares» y ha definido a Pelé como «un patriota». Lula ha recordado «el privilegio» de haberle visto jugar junto a «cracks eternos» como Garrincha, Sócrates o Maradona: «Cuando le llegaba el balón siempre hacía algo especial, que muchas veces acababa en gol». Tras el Maracanazo en el que Brasil perdió contra Uruguay (2-1) la final de la Copa del Mundo de Brasil 1950, Pelé a los 9 años prometió a su padre, muy triste por la derrota, que ganaría un Mundial. El astro siempre agradeció a «Dios» su don para dominar ese juego que apasiona a millones de aficionados de todo el planeta: «Nací para jugar al fútbol, al igual que Beethoven nació para escribir música y Miguel Ángel nació para pintar».