F. C. Barcelona
Abanderado de lucha y espejo para muchos
El futbolista Eric Abidal se aventurará en busca de nuevos retos, y aunque todavía no tiene ofertas, todavía tiene ganas e ilusión por seguir jugando a fútbol, el deporte que era su vida hasta que, tras serle detectado un cáncer de hígado en marzo de 2011, se dio cuenta de que no lo era todo y, con fuerza y tenacidad, conseguir dejar atrás la enfermedad para convertirse en el abanderado de la lucha, de valores humanos y de una gran deportividad.
Con Abidal afloraron lo mejor de la deportividad, cuando el mundo entero del deporte sin importar rivalidades se puso de su lado y del FC Barcelona para sumar fuerzas en su lucha particular contra una enfermedad que ha golpeado fuerte al vestuario catalán, pues también su entrenador, Francesc 'Tito' Vilanova, ha luchado contra ella y la ha superado.
Ambos son ejemplos de superación, pero el francés se ha convertido en un espejo en que mirarse para todos aquellos jóvenes que quieren volver a hacer vida normal tras el cáncer. Y es que Abidal ha vuelto
a jugar en la élite del fútbol, en el considerado mejor equipo y el más laureado de los últimos años, y no solo tras pasar un tratamiento duro sino después de ser sometido a un trasplante de hígado, cedido por su primo, el martes 10 de abril de 2012.
Su fortaleza y sus ganas de volver hicieron que se sometiera voluntariamente a un duro y largo trabajo de recuperación con la esperanza de volver a enfundarse la camiseta blaugrana en partido oficial, la misma que tantas glorias le dio. Miembro destacado y clave en los esquemas del que probablemente sea el mejor Bara de la historia, a las órdenes de Pep Guardiola y tras él de Tito Vilanova, el lateral vio recompensada toda su lucha con el mejor de los premios posibles.
Operado el 17 de marzo de 2011 por primera vez, para la extirpación del tumor en el hígado, la carrera del francés para llegar a la meta, que no era otra que ganar la batalla y volver a jugar, ha estado llenado de baches pero también de éxitos y alegrías. Tras una recuperación rápida, en que ya se entrenó un mes después en solitario para recibir el alta médica el 2 de mayo, mes y medio después, ya mostró su vitalidad.
Así, el 28 de mayo del mismo año, un emocionado Eric Abidal levantaba al cielo de Londres la cuarta Liga de Campeones en la historia de la entidad en un sensacional gesto del capitán Carles Puyol y como recompensa a toda su lucha para estar aquella tarde-noche en Wembley.
Sin duda, la culminación a una recuperación meteórica aunque todavía le faltaba una valla por saltar, y dura. Tras renovar su contrato en febrero de 2012, consciente de que podía ser de utilidad todavía en el primer equipo, el 15 de marzo el club anunciaba que debía someterse a un trasplante de hígado debido al proceso hepático que empezó con la intervención en el tumor un año antes.
Lejos de venirse abajo, ni de abandonar --palabra inexistente en el vocabulario de Abidal--, el 10 de abril se sometió al trasplante, en una intervención exitosa, y seis semanas después recibió el alta hospitalaria. Poco a poco fue ejercitándose en solitario, llevando a cabo una larga pretemporada mientras veía a sus compañeros empezar la temporada sin él, realizando incluso en la Val d'Aran con el fisioterapeuta del club Emili Ricart un plan específico de recuperación.
En noviembre, ya cada vez más en forma, reiteró él mismo a través de la redes sociales que su intención era jugar "cuanto antes", lo que logró cumplir ya en 2013, participando en marzo en un amistoso en un entrenamiento con el Istres francés, apenas un mes después de haber recibido el alta médica.
Fue el paso previo al apogeo que vivió en el Camp Nou el 7 de abril de este año, casi un año después de la intervención, cuando recibió un auténtico baño de masas e hizo estallar de alegría al feudo blaugrana al saltar al terreno de juego, por primera vez en partido oficial desde su trasplante, en el minuto 69 del partido contra el Real Mallorca que acabó con 5-0 para redondear la fiesta.
Desde entonces, ha jugado solo en este tramo final de temporada tres partidos más, contra el Real Zaragoza en La Romareda (0-3) --13 minutos--, el partido completo en casa contra el Levante (1-0) y los primeros 46 minutos contra el Athletic (2-2). En total, 170 minutos de juego que no pudieron ser más por pequeñas molestias o alguna lesión muscular.
No obstante, Abidal deja mucho más que esto en el club blaugrana. Son, tras llegar la temporada 2007/08 para sustituir a Gio van Bronckhorst y como pieza clave del gran Olympique de Lyon, seis las temporadas que ha vestido de blaugrana, con 183 partidos disputados y dos goles anotados (uno contra el Real Madrid), y un palmarés de lujo.
Además de la 'Champions' que levantó en Wembley, el francés ha ganado otra Liga de Campeones más, en Roma 2009, un total de cuatro Ligas (2009, 2010, 2011, 2013), dos Copas del Rey (2009 y 2012), dos Supercopas de Europa (2009 y 2012), tres Supercopas de España (2010, 2011 y 2012) y dos Mundiales de Clubes (2010 y 2012), un total de 15 títulos que se lleva consigo, así como el cariño de un vestuario y de unos compañeros que le echarán en falta por su carisma y empatía.
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