Abuso sexual
Adiós a la estrategia de "La Manada": así será la nueva defensa de Dani Alves
El futbolista ha roto con Cristóbal Martell y la letrada Inés Guardiola será la encargada de dar un vuelco al proceso
A las puertas de la celebración del juicio, el caso de Dani Alves -en prisión desde el pasado 20 de enero- daba esta semana un vuelco de 180 grados tras conocerse que Cristóbal Martell, el experimentado letrado con una brillante trayectoria en los juzgados, y el futbolista han roto sus vínculos profesionales de mutuo acuerdo.
Aunque algunos medios apuntaron a que el letrado había renunciado para no ver perjudicada su imagen con una sentencia condenatoria, Martell lo ha negado tajantemente a La Razón. De hecho, según avanzó La Vanguardia, el ya ex abogado de Alves, conoció la noticia a través de un email en donde era Inés Guardiola la que le solicitaba la venia confirmando así este cambio de letrado, aunque ni Cristóbal ni el bufete ha querido hacer valoraciones al respecto.
Adiós a la estrategia de "La Manada"
Lo que si parece claro es que Dani Alves ha decidido dar un giro a su defensa. Desde su entorno aseguran que hay "una pérdida de confianza total" y que el hecho de que no prosperaran los recursos para su excarcelación le han llevado a tomar esta decisión a las puertas del juicio. Guardiola se especializó en Derecho Penal y Ciencias Penales tras cursar un Máster en la Universidad de Barcelona, y dos años más tarde se doctoró en Derecho Penal en el mismo centro. La abogada amplió su formación a través de los cursos de Especialización para la Jurisdicción de Menores, de Especialización para el ejercicio del Derecho Penitenciario y de Especialización de delitos de Violencia Doméstica. Ha llevado casos de abuso sexual y su perfil podría ajustarse más al caso.
Desesperados por dar un giro a una situación más que complicada, su anterior quipo legal se centró en debilitar a la víctima. Ante la decisión de la Audiencia de Barcelona de mantener al brasileño en prisión, el abogado del futbolista, Cristóbal Martell, mantuvo "una auténtica batalla legal con la prueba psicológica que se le tiene que hacer a la joven". Las medidas que solicita su abogado tienen la clara intención de reducir la credibilidad del relato de la víctima y a intentar probar que su estado psicológico no es compatible con el de una víctima de abuso sexual. Esta estrategia ya la utilizó Agustín Martínez Becerra en el caso de La Manada de los Sanfermines en el año 2016 y ha sido uno de los temores de la víctima desde el mismo día en que formalizó su denuncia.
Poner en duda la veracidad de las declaraciones de la víctima y poder fundamentar una "narración distorsionada" de los hechos era fundamental para la defensa del brasileño que siempre puso el "consentimiento" en el centro de su plan judicial. Una estrategia que también trataron de apuntalar con estudios forenses que -según la defensa del futbolista- demostrarían que las lesiones de la joven no se correspondían con una agresión sexual y que el análisis del flujo vaginal confirmaría el consentimiento. En este sentido, los letrados argumentaron que “el flujo vaginal” de la víctima resulta “incompatible con un coito forzado”.
Esta nueva línea de defensa supuso en su día un duro golpe para la víctima. La joven de 23 años, está bajo tratamiento psiquiátrico desde el episodio y evita seguir las noticias. Su abogada confesó en su día que la joven está aterrada y sus dos grandes temores son que se descubra su identidad y que se intente menoscabar su credibilidad, a pesar de haber renunciado a cualquier tipo de indemnización o pacto con el futbolista.
Esta agresiva estrategia de defensa es bastante habitual en los juicios por violación y ya ocurrió también en el caso de Santi Mina. El equipo legal del futbolista decidió espiar a la víctima. Querían saber qué tipo de vida llevaba y decidieron contratar a detectives privados que la investigaran. Lo hicieron en 2019.
Una defensa más técnica
Desde el entorno del futbolista, consideran que la nueva abogada puede dar un impulso a su defensa centrada más en aspectos técnicos y no en desacreditar a la víctima, como ha pasado en los escritos presentados hasta ahora para pedir su salida de la cárcel que se centraban en asegurar que el sexo fue consentido. Tras el fracaso de los dos recursos de su excarcelación, la letrada no se centraría en desacreditar a las víctima con estrategias como la "narración distorsionada" o el "coito seco" y se centraría en rebatir pruebas, grabaciones o asuntos más específicos o técnicos de la investigación.
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