Jornada 32

El Alavés hunde un poco más al Atlético

El equipo de Simeone no se recupera de la derrota en Dortmund y deja una mala imagen en Vitoria

VITORIA, 21/04/2024.- Los jugadores del Atlético de Madrid Reinildo Mandava (i) y Mario Hermoso (d) tras el segundo gol del Alavés, durante el partido de la jornada 32 en Primera División que Deportivo Alavés y Atlético de Madrid disputan hoy domingo en el estadio de Mendizorrotza, en Vitoria. EFE/Adrián Ruiz Hierro
Hermoso y Reinildo se lamentan después del segundo gol del AlavésADRIAN RUIZ HIERROAgencia EFE

Cuando Luis Rioja enganchó una impresionante volea en el tiempo añadido, el Atlético ya había asumido que de Mendizorroza no iba a sacar nada bueno. Carlos Vicente llegó hasta la línea de fondo y puso la pelota en el pie izquierdo de su compañero, que la pegó con el alma para marcar el segundo gol del Alavés. Un prodigio de estética y de precisión que hundía un poco más al Atlético.

No se había levantado el equipo de Simeone de la derrota de Dortmund ni de su eliminación europea. Un equipo despersonalizado desde el uniforme verde que no le representa con el que entró en el césped. Impreciso en el pase, dominó el partido de manera insulsa y regaló el primer tiempo en esa costumbre que a veces recuperar de desechar un tiempo como si le sobrara. Pero no le sobran ni el tiempo ni los puntos.

En Mendizorroza desperdició la oportunidad de asegurar un poco más ese puesto en la Liga de Campeones que le discute el Athletic, con el que se enfrenta la semana que viene. La cabeza de los jugadores del Atlético no entró en el partido hasta tiempo después de comenzar.

Estaban sólo de cuerpo presente los futbolistas cuando Benavídez marcó el primero al cuarto de hora de partido. Un remate desde fuera del área a la esquina de la portería de Oblak. Preciso, inalcanzable.

Encontró el camino Benavidez para marcar y para llevar a su equipo a la victoria en un partido que era algo más para alguno de los futbolistas del Alavés. Podía haberlo sido para Samu, delantero cedido por el Atlético, pero lo vio desde el banquillo. En su lugar en el campo estaba Giuliano, de apellido Simeone. El pequeño de los hijos mayores del Cholo. Una lesión en el primer partido de pretemporada hizo que Samu llegara para sustituirlo en el Alavés. Era su primera titularidad y no se le notó que en el banquillo contrario se sentaba su padre.

Pudo marcar el segundo Giuliano, que trabajó mucho durante todo el partido. Fue uno de los futbolistas más peligrosos de su equipo hasta que fue sustituido en la segunda mitad. Pudo marcar Kike también, pero el Alavés tuvo que esperar a esa volea de Rioja.

El Alavés funcionaba por arriba y por abajo. Porque cuando el Atlético quiso ir a buscar el partido estaba Sivera para frenarlo. El portero del Alavés detuvo un remate de Lino sobre la línea de gol. Y otro intento de Correa. Siempre estuvo atento y ágil el guardameta que sentó a Unai Simón en el banquillo en la última Eurocopa sub’21 que ganó España.

Cuando Simeone, el padre, fue a buscar soluciones en el banquillo no estaban los goles de Morata ni de Memphis. Y su lugar lo ocupaba Abde, un canterano que tuvo apenas diez minutos para intentarlo. Nada cambió. El Atlético está bloqueado. Sin respuestas. Y no es capaz de recuperarse de golpes como ese gol de Benavídez al cuarto de hora. El uruguayo estrenaba capitanía en el Alavés con su segundo gol de la temporada.

Aún quedan seis partidos para acabar la temporada. Seis oportunidades para que el Atlético cumpla con la mínima exigencia de la temporada, la de clasificarse para la Liga de Campeones. Un objetivo que cumple desde que el Cholo se sienta en el banquillo. Pero este Atlético es diferente.