
Fútbol
Álvaro Odriozola: "Mi cuerpo no me ha respondido. He estado en el infierno"
El futbolista de la Real Sociedad se ha confesado tras perder contra el Barcelona. Ha marcado un gol y después ha contado lo que le ha pasado

En el partido entre el Barcelona y la Real Sociedad en Montjuic, Álvaro Odriozola vivió una de esas noches que, más allá del resultado, se quedan grabadas en la memoria. El lateral fue titular por la lesión de Jon Aramburu y no desaprovechó la oportunidad: marcó el gol que adelantó al conjunto txuri-urdin, aunque su equipo terminó cayendo ante la reacción del Barça, liderada por un Lamine Yamal desatado.
La confesión de Odriozola
Ese gol no fue uno más. Fue un desahogo, una liberación, una especie de revancha contra todo lo que venía arrastrando. Porque Odriozola no llegaba a ese partido desde la tranquilidad o la continuidad, sino desde un túnel oscuro de frustraciones, lesiones y dudas. Y eso se notó tanto en su celebración como en sus palabras posteriores frente a los micrófonos de Movistar Plus.
“Mucho orgullo, no te voy a mentir”, dijo con una sinceridad que pocas veces se escucha en el fútbol profesional. “Vengo de una etapa muy dura, de verdad, no le quito ni una letra. Lo he pasado muy mal porque no he podido ayudar al equipo de mi vida y soy muy duro conmigo mismo. No he podido defender el escudo que llevo en el pecho como quería”.
En sus declaraciones, Odriozola abrió una ventana a su mundo interior. Hablar de “infierno” en una carrera deportiva puede sonar excesivo desde fuera, pero en su caso, esa palabra no parecía una exageración. “Mi cuerpo no me ha respondido, no ha estado conmigo ni con mi cabeza. Hace un mes estaba muy fastidiado y ha sido un punto de inflexión. He estado a punto de salir, no voy a mentir a nadie. He estado en el infierno”, confesó, con la voz cargada de emoción.
El fútbol tiene esa capacidad de ser al mismo tiempo cruel y redentor. Lo que para algunos es una jornada más en el calendario, para otros se convierte en un hito personal. Así fue para Odriozola, que aunque no pudo celebrar una victoria colectiva, vivió un momento profundamente significativo a nivel individual. “Apenados por la derrota, pero orgullosos del trabajo del equipo. Las hemos tenido, veníamos de ganar pero el comienzo ha sido duro. Hoy hemos dado la cara”, expresó con la misma mezcla de tristeza y entereza que mostró durante el partido.
Las mellizas lo cambiaron todo
El gol no solo fue un premio por su insistencia, sino también un mensaje. Un gesto para sí mismo, para su entorno, para el club. Pero también tuvo una dedicatoria muy especial. Hace unos meses fue padre de mellizas, y su llegada fue un punto de inflexión. “Por supuesto les dedico el gol, pero fue un punto de inflexión. Y me siento orgulloso de lo que he entrenado y de haber dado todo lo que tengo”, declaró.
La paternidad, esa transformación vital que a menudo trasciende lo profesional, fue su tabla de salvación. En medio del desgaste físico y emocional, las niñas llegaron como una luz. Le devolvieron energía, propósito y, sobre todo, perspectiva. “Son emociones que no controlas, pero es verdad. Cuando uno lo da todo, y a veces te recompensa, qué quieres que te diga. Ha sido muy muy duro esta etapa”, añadió con los ojos empañados.
Odriozola es el hombre que vuelve. El que estuvo fuera de los focos, en el banquillo, en la sala de recuperación, en la lucha interna contra sus propias exigencias. Y que, por un instante, lo tuvo todo alineado: el cuerpo, la cabeza, la pelota y el corazón.
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