Real Madrid Baloncesto

Ancelotti: «Quiero irme al Madrid»

El entrenador italiano espera que el club francés le abra la puerta para poder fichar por el Real Madrid.

Captura del Twitter del periódico francés
Captura del Twitter del periódico francéslarazon

El Madrid quiere a Ancelotti. Ancelotti quiere al Real Madrid. Y por si quedaban dudas, el entrenador italiano, en una reunión, se lo dijo primero al dueño del PSG, su actual club y después lo hizo público: «Le he pedido al club que me deje marchar y estoy esperando una respuesta porque tengo contrato». Al Khelaifi, el millonario qatarí, propietario del club de fútbol y del canal de televisión «BeIn Sport» contó, en su tele, la conversación con más detalle. Es decir, con un detalle significativo: «Sí, hemos discutido y ha pedido irse al Real Madrid». «Es una posibilidad», reconoció Ancelotti.

El secreto a voces se ha hecho público, pero el PSG se resiste a dejar escapar a Ancelotti hasta que encuentre un recambio a la altura, un entrenador que le lleve hasta competir con los grandes de Europa. Con el italiano en el banquillo plantó cara al Barcelona en los cuartos de final de la «Champions». Necesita que el recambio le dé lo mismo o más. En realidad, el club francés lleva toda la temporada soñando con fichar a Mourinho. Le ofrecía dinero y un proyecto deportivo, pero el portugués ha preferido volver al Chelsea, al lugar donde fue feliz. Así que, ahora, el PSG confía en contratar a Rafa Benítez, pero hasta entonces, va a resistirse a dejar marchar al entrenador italiano. Según el dueño del club, si Ancelotti fue claro, ellos también fueron contundentes: «Le he dicho que tiene un contrato».

La táctica del PSG es ganar tiempo para retrasar lo inevitable. El dueño del club continuó su resistencia: «Como le dije la semana pasada ante los medios de comunicación, tiene un contrato de un año más, de modo que no puede irse. El problema es de él, no es nuestro. Normalmente hay que respetar el contrato».

Ancelotti es un hombre de fútbol, con un perfil menos polémico que el actual entrenador blanco. Es ex futbolista, jugó en el Milan de Sacchi y es un entrenador con experiencia, que ha ganado dos Ligas de Campeones y que sabe manejarse en clubes donde la tensión competitiva y mediática es máxima, como son el Chelsea o el Milan. Aunque la presión que se vive en el Real Madrid supera a ambos. Se lo puede explicar muy bien Mourinho. El equipo blanco es un reto: Ancelotti ha ganado títulos en Italia, en Inglaterra y esta última temporada, en Francia. Le queda España. Necesita convencer a los dueños de su actual equipo, necesita que le respondan que sí.

Heynckes o Villas Boas.

El club español, por si acaso todo se tuerce, cuenta con otras opciones: una es el alemán Jupp Heynckes, el último gran triunfador del fútbol europeo con el Bayern y que este sábado se juega la «Champions» contra el Borussia. Fue el entrenador de la «Séptima» con el Madrid hace casi quince años. Cuando ganó la Liga, alemana hace poco, aseguró que decía adiós a la Bundesliga, donde nunca volvería a entrenar. Sonó a una jubilación con límites fronterizos.

La otra opción es el portugués Villas Boas, un hombre parecido a Mourinho, pero con quien está enfadado ahora. Tanto Heynckes como Villas Boas están sin equipo para la temporada que viene. Una llamada desde la capital de España les situaría de nuevo en la elite del fútbol europeo. El Madrid tiene su número, pero espera a Ancelotti. Lo único que queda es esperar a que el PSG le abra la puerta porque hasta ahora insiste en cerrarla. Ayer no sólo fue el dueño quien habló en contra de permitirle la salida, también lo hizo el director deportivo, el brasileño Leonardo, que estuvo en la reunión con el entrenador y después repitió las palabras de su jefe: «Carlo ha pedido irse a Madrid, pero queremos que se quede», dijo en el periódico «L'Equipe». Leonardo dio a entender que todavía no hay nada decidido respecto a su futuro. Sólo que el club ha escuchado a su entrenador y en breve tomará una decisión. De eso depende que el proyecto madridista se ponga en marcha. Sólo es cuestión de tiempo.