El Atleti se conforma y Simeone saca pecho

A falta de una jornada para que termine el campeonato, ya está todo decidido salvo una de las plazas de descenso y otra que da derecho a jugar en Europa. En el caso del Atlético de Madrid, lleva dos meses deambulando por la Liga, intercalando buenas actuaciones en casa con auténticos esperpentos cuando juega fuera.

Es difícil entender tanta diferencia entre unos partidos y otros, pero solo hay que fijarse en los resultados contra los equipos de abajo, una constante en los últimos años, para saber por qué los colchoneros no han sido capaces de dar más guerra en una Liga donde el puntaje para campeonar era más accesible de lo normal. No estamos hablando de tener que superar los 90 puntos, como ocurre cuando Barca y Real Madrid están bien. De hecho, los tres han perdido el mismo número de partidos, 6, pero el Atleti, con su juego ramplón a domicilio, ha empatado más de lo que debía.

Aun así, los de Simeone han hecho una vez más los deberes, viviendo en esa zona de confort de la que el técnico argentino se niega a salir. Es llamativo que sea él quien, año tras año, dedique sus ruedas de prensa a poner esos datos encima de la mesa. No le falta razón, en parte, pero es como si fuera el propio Brad Pitt quien aprovechase sus entrevistas para decir lo guapo que se ve, o escuchar a Amancio Ortega presumir de dinero. Simeone debería ocuparse de mejorar a los futbolistas que le fichan y subir su propio nivel de exigencia. Es patético escuchar al entrenador hablar de cuántos campeones hubo en los últimos cuarenta años para justificar esta temporada, que ha dejado mucho que desear.

Estate tranquilo, Diego. Nadie te va a quitar el título de mejor entrenador de la historia del club, llevando al Atleti a un lugar que había perdido, pero hay partidos que son imposibles de justificar, te pongas como te pongas.