Liga de Campeones
El Atlético se regala una goleada contra el Celtic (6-0)
Pasó por encima del equipo escocés, que se vio demasiado pronto con un gol en contra y un jugador menos. Griezmann, espectacular
Todo es más sencillo cuando tienes a Griezmann y el rival se queda con uno menos. El francés jugó de interior, como ha aprendido en la selección francesa, explotando su condición de todocampista. Desde ahí no pierde su llegada a gol. La prueba es que a los seis minutos ya había marcado el primero del partido. Como si no costara.
Entre él y Morata marcaron cuatro de los seis goles contra el Celtic, que poco se pareció al que recibió al Atlético en Glasgow hace un par de semanas. No era el equipo impetuoso de la ida, desmontado desde bien temprano por el gol Griezmann. Pero es que tampoco el Atlético se pareció al equipo acobardado que regresó a Escocia 50 años después de la batalla de Glasgow –poco importa que hubiera jugado ya un par de veces desde entonces allí, siempre es como la primera vez– y tampoco al que no pudo con Las Palmas el viernes pasado. Simeone entonces amputó a Griezmann y a Koke demasiado pronto al equipo. Y sin ellos nada es igual, aunque el equipo ya fuera perdiendo entonces.
Es cierto que la resistencia del Celtic cayó antes de tiempo por la expulsión de Maeda. El japonés es una constante inyección de energía para su equipo. Un jugador que no descansa, que va siempre a presionar y a molestar. un jugador incómodo para el rival. Pero su exceso de ímpetu le llevó a entrar con los tacos por delante para tapar un despeje de Hermoso y se llevó la tarjeta roja de regalo.
Con uno menos y con un gol por debajo el Celtic ya no era rival para el Atlético, que este año sí ha decidido tomarse en serio la Liga de Campeones. Morata marcó el segundo, empujando a la red una cesión de cabeza de Giménez y ya no hubo otra cosa que una cascada de goles y de ocasiones rojiblancas que se cerraron con seis¡ goles en el marcador, que podían haber sido alguno más si Joe Hart no hubiera recordado los tiempos en que era el portero del Manchester City y de Inglaterra. Han pasado los año, pero algo queda de aquel Hart que, por ejemplo, impidió que Correa se marchara con algún gol al final del partido.
Pero entre Hart y el poste lo impidieron. Aunque los postes también impidieron alguno más. El larguero escupió un cabezazo de Giménez que luego nadie acertó a llevar adentro.
Sí acertó Griezmann con el tercero. Es una garantía el francés. Y también Morata, que igualó los goles del «7» con un remate desde el borde del área. Pero entre medias de los dos se coló un golazo de Samu Lino, que acababa de pisar el césped. Desde la banda izquierdan se colocó la pelota en el pie derecho y se la mandó a Hart al ángulo contrario. Imposible para el portero. Quiso repetir Lino la misma jugada minutos después, pero se le marchó desviada por poco.
Sí acertó con el sexto Saúl. Uno más para cerrar un partido que resultó muy sencillo para el Atlético. Tanto como si hubiera jugado solo. No encontró ninguna oposición en el Celtic, que justificó la idea de ser el equipo más débil del grupo. No lo pareció en Escocia, pero tampoco fue rival para el Atlético en el Metropolitano. Oblak se fue al vestuario sin mancharse y el Atlético recupera el optimismo que se dejó Las Palmas.
Con Griezmann acertado, la vida se ve de otro color.
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