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El Atlético se reconoce y supera al Betis (3-0)

Derrota con claridad al conjunto verdinegro en un partido en el que no pasó ningún apuro en defensa

Los jugadores del Atlético celebran el segundo gol que marcaron al Betis
Los jugadores del Atlético celebran el segundo gol que marcaron al BetisGonzalo Pérez MataLa Razón

A Simeone se le suele quedar pequeña la zona técnica en el césped. Pasa la mitad del partido fuera, casi le entran ganas de salir al césped a rematar o a cortar un balón, que era su especialidad de futbolista. El encuentro contra el Betis lo tuvo que vivir más enjaulado todavía: en la grada, en un palco, porque tenía que cumplir un encuentro de sanción. Y allí casi fue peor, con más libertad para que nadie le diga nada ni le amoneste: pedía tarjeta amarilla como loco cuando derribaron a Griezmann. Decía que no cuando anularon un gol por fuera de juego a Hermoso, pero fue que sí. Y celebró, por supuesto, el tanto de Carrasco que sí subió al marcador en la primera parte. Una jugada fantástica del belga, que encaró a Montoya, le amagó por un lado para salir por el otro y rematar con la zurda de forma imposible para Bravo.

El tanto sirvió para que se plasmara en el marcador la superioridad que estaba teniendo el campeón en el césped. No fue así siempre. Comenzó bien el Betis, un equipo alegre que se plantaba en el Metropolitano lanzado y con confianza, pero en diez minutos los rojiblancos ya dominaron la situación con rápidas recuperaciones y una buena versión de Griezmann como enganche. Fue Correa el primero que se acercó mucho, mucho al gol, con un remate con rosca que se marchó por centímetros. El argentino dejó esta vez en el banquillo a Joao Félix. El Atlético había anulado al Betis, que desapareció en ataque y dio las gracias de que al descanso el resultado fuera tan corto.

No tardó Pellegrini en agitar a su equipo. Con Tello, que entró en el descanso, se estiró más y equilibró el duelo. Al menos se dejó ver más en ataque en ese momento que el resultado estaba en un suspiro. Pero no tardó en moverse de nuevo en la dirección local. No con el cabezazo de Hermoso, anulado por fuera de juego, pero sí con el de Pezzella en propia puerta en una acción extrañísima: se pasó de frenada y al meter la testa, la pelota ya fue en dirección a la portería, en lugar de salir despejada. Esta vez Simeone lo vivió con más tranquilidad.

Lo que no daba descanso era la lluvia, que empezó suave y fue a más, hasta convertir las condiciones en muy pesadas: todo costaba el doble. A quien parecía que seguía sin costarle nada demasiado es a De Paul, el acertado fichaje del Cholo este verano. Es de esos futbolistas que sin llamar demasiado la atención hace muchas cosas y casi todas bien: presionar, robar, distribuir, equilibrar...

Fueron varias las buenas noticias para el Atlético, que volvió a ganar después de dos empates consecutivos y recuperó la solidez ante un oponente que ataca mucho y bien. Apenas sufrió, salvo en ese arranque de la segunda parte. Dejó su portería a cero, lo que siempre agradece su entrenador. Fue un día sin sustos y a pensar ya en intentar el asalto a Anfield.

Tampoco el Betis creyó demasiado en la remontada. Ya de inicio había dejado a Fekir en el banquillo. El césped aguantó el chaparrón, pero las condiciones y el frío tampoco invitaban a la aventura.

El primer cambio del Atlético fue la entrada de Joao Félix por Luis Suárez. El portugués está en uno de sus mejores momentos como rojiblanco. Sólo hay que ver cómo controla la pelota y cómo se mueve para descubrir que es un futbolista diferente, pero no siempre logra poner su calidad al servicio del grupo. Ahora lo está consiguiendo, incluso con goles como el que puso el cierre al partido contra el Betis. Rompió en velocidad y marcó. Primero se lo anularon por fuera de juego, pero desde el VAR se comprobó que todo era legal. Simeone, claro, siguió con su show y pasó de la decepción a sacar los puños con entusiasmo.

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