Fútbol
El Atlético se libera con una goleada en Cádiz (1-4)
El gol de Lemar permitió que el equipo de Simeone se desbloqueara y jugara sus mejores minutos de la temporada en la segunda mitad
Simeone respiró aliviado, se recostó en el banquillo y resopló después del gol de Lemar. Cada partido del Atlético es un sufrimiento para él, para su equipo y para los espectadores y en Cádiz parecía llevar el mismo camino. Cada gol le cuesta la vida a los jugadores rojiblancos. No es que les suponga un esfuerzo marcar, es que les supone un esfuerzo disparar. Y hasta Luis Suárez anda con el punto de mira desviado. La única ocasión del uruguayo en la primera mitad acabó muy por encima del larguero.
Y el tanto llegó de la manera más inesperada, en un remate de cabeza de Lemar, que supo amortiguar el remate para que fuera en la dirección correcta a pesar de la presión por detrás del «Pacha» Espino, el lateral izquierdo del Cádiz.
No esperaba Simeone todo lo que llegó después, con el sufrimiento de la primera hora convertido en desparrame y diversión. Una terapia necesaria después de la derrota del miércoles en la Liga de Campeones contra el Milan que le complica la vida en Europa. Simeone puso en el campo a los mismos once que entraron de inicio en la Champions y le salió bien.
A partir del gol todo fue más sencillo para el Atlético, que había pasado por un suplicio hasta llegar ahí. Lemar era de los pocos que tenían claridad en el manejo de la pelota y fue él quien encontró el premio del gol con el que el equipo de Simeone derribó el muro psicológico con el que se estrellaba hasta ese momento.
Y con el trabajo hecho el Atlético consiguió divertirse por primera vez en mucho tiempo. Y lo que parecía dirigirse a un empate a cero sin remedio fue virando hacia una goleada.
Sacó el Atlético lo mejor de sí para marcar el segundo y el tercero, que coincidieron con la aparición de Griezmann en el juego. Liberado, el francés marcó el segundo después de un pase de Marcos Llorente en una de sus escasas subidas por el costado derecho de su equipo.
Y en el tercero volvió a participar en una extraordinaria jugada con Matheus Cunha y con Correa que acabó rematando el argentino. Una combinación desacostumbrada en el equipo de Simeone, que a veces parece tener miedo de soltarse.
No está acostumbrado a vivir tan tranquilo el Atlético y el sobresalto llegó en un error de Jan Oblak, que no pudo atrapar un centro de Lozano que pegó en Carrasco para caer del cielo y colarse en la escuadra de la portería rojiblanca.
Pero la respuesta fue inmediata. Griezmann, con un pase, superó a toda la defensa del Cádiz y dejó a Matheus Cunha solo en un mano a mano con Ledesma, el portero del Cádiz. No había respuesta para el disparo del brasileño.
El Atlético recupera la sonrisa y demuestra que también sabe divertirse. Aunque le cueste.
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Pasividad ante la tragedia