Fútbol

Atlético y Villarreal empatan en La Cerámica (2-2)

Correa adelantó al equipo del Cholo con un tanto espectacular desde el centro del campo. Empató Pau Torres tras un error de Oblak, Alberto Moreno puso el 2-1 y Kondogbia, las tablas

Pervis Estupiñán con el Villarreal. EFE
Pervis Estupiñán con el Villarreal. EFEDoménech CastellóAgencia EFE

El Atlético es un equipo imprevisible. Capaz de dominar al rival durante un rato o de venirse abajo cuando el viento sopla mínimamente en contra. Incapaz de imponerse en los partidos ni de mantener las ventajas en el marcador.

Correa estuvo atento en la presión para cortar un pase sencillo de Parejo y convertirlo en el gol de la temporada. Levantó la cabeza, vio a Rulli adelantado y golpeó la pelota con la fuerza justa para superar al portero y marcar. Estaba en el centro del campo el argentino, que había transformado un pase aparentemente intrascendente en un golazo. Al “10″ rojiblanco le crece la competencia a cada momento, pero siempre responde y Simeone siempre confía en él.

El Atlético se ponía por delante con más goles que méritos, una costumbre en los últimos tiempos, pero volvió a exhibir una debilidad preocupante. Una fragilidad que ya no extraña y que le ha hecho perder demasiados puntos esta temporada.

Se derrumba desde posiciones que parecían sólidas, indiscutibles, como la de Oblak. El portero esloveno detuvo un penalti a Gerard Moreno –que remató mal, abajo y muy centrado– y recibió inmediatamente la ayuda del VAR, que anuló el gol de Parejo en el rechace. Una mano de Lemar le había dado el penalti al Villarreal, y otra mano, ridícula esta vez, le quitaba el gol.

Parejo estaba en todas y un saque suyo de falta desde la banda se fue directamente sin que lo tocara nadie hacia las manos de Oblak. Recibió blando el portero y el rechace lo aprovechó Pau Torres para marcar el empate.

No se sentía seguro el Atlético, abrumado por el impulso del Villarreal, que buscaba más el gol. No estaba Koke en el centro del campo rojiblanco, tampoco Llorente, al que la marcha de Trippier ha condenado a jugar como lateral derecho. De Paul y Kondogbia jugaban en inferioridad en el centro del campo y el Villarreal encontró el segundo en una aparición de Alberto Moreno por el centro del área que sorprendió a Oblak.

El ex jugador del Sevilla y del Liverpool era un jugador incontenible para la defensa del Atlético. Emery le ha encontrado un sitio por delante del lateral para que vuelva a ser extremo, como sus comienzos. Pero cuando se marchaba al centro para descargar a Gerard Moreno de sus obligaciones como delantero centro era prácticamente indetectable para la defensa del equipo de Simeone.

Fue entonces cuando el Cholo se decidió a mover el banquillo y a recuperar la defensa de tres con la entrada en el campo de Koke, Joao Félix y Vrsaljko. Eso le permitía liberar a Llorente en sus subidas por la derecha y a Carrasco, que ya en la primera mitad bajaba hasta la línea de defensa para convertirse en el quinto y tapar su lateral, por la izquierda.

Recuperó la ambición el Atlético, que sigue siendo un equipo que se mueve a tirones. Se maneja por impulsos y así consiguió igualar el partido en un disparo de Kondogbia, que marcaba su primer tanto con el Atlético.

Cuando todo parecía preparado para que el Atlético se lanzara a por la victoria, volvió a sufrir un retroceso. Era superior hasta el gol. Con el primer objetivo cumplido, volvió a venirse abajo. Y el Villarreal estuvo más cerca del gol en los minutos finales.

Más cuando el Atlético se quedó con diez por la expulsión de Kondogbia en los instantes finales por dos amarillas. Quedaba tiempo para sufrir, pero sin más daños.