Opinión

El alumno aplicado del Atlético

El equipo de Simeone ya depende de sí mismo para lograr el objetivo de clasificarse entre los cuatro primeros

Simeone celebra con Griezmann uno de los goles del Atlético en el Benito Villamarín
Simeone celebra con Griezmann uno de los goles del Atlético en el Benito VillamarínJulio MuñozAgencia EFE

Con la llave en la mano para estar en puestos de Liga de Campeones, dependiendo de sí mismo después de los pinchazos de Real Sociedad y Villarreal, frente a un Betis que 70 horas antes estaba celebrando el pase a la final de la Copa del Rey, con unas cuantas bajas y el calendario mas cargado de la Primera División. Así se presentaba el Atlético de Madrid en el Benito Villamarín. Por si fuera poco, en el primer minuto se pone por delante en una jugada de pillos entre Correa y Joao. Todo pintaba a noche favorable, si no fuera porque el habitual plan de Simeone es lo que más favorece el fútbol del Betis.

Con la mínima ventaja en el marcador, independientemente del rival, o de los jugadores que componen el once rojiblanco, la renuncia al campo y al balón fue demasiado evidente. Hubo dos detalles que podrían haber ampliado la ventaja en el marcador de los visitantes: un tres para uno horrorosamente resuelto por un Carrasco que salió desde el banquillo con una actitud deplorable y una mano de libro que los bultos sospechosos de siempre decidieron no sancionar. Los de Pellegrini si aprovecharon una perdida de Herrera en salida de balón para lograr un empate justo antes del descanso.

En la reanudación, el encuentro estuvo mas igualado hasta que una galopada de Llorente, que recordó a las que le hicieron internacional la temporada pasada, termino con el segundo del minino. A partir de ahí, el partido se le hizo demasiado cuesta arriba a los locales, y esas contras que tanto gustan al Cholo tuvieron el efecto deseado por entrenador argentino gracias a la diferencia física que había entre ambos equipos. El Atlético sigue encadenando varias victorias consecutivas y depende de sí mismo para lograr el objetivo de clasificarse entre los cuatro primeros. Será fundamental no despistarse el viernes contra el Cádiz, aunque inevitablemente se vaya a jugar con un ojo puesto en Mánchester.