Liga de Campeones

El Atlético se despide con drama de la Champions

Carrasco falló un penalti con el tiempo cumplido y los rojiblancos se juegan la clasificación para la Liga Europa en la última jornada

Griezmann, antes del lanzamiento de penalti de Carrasco
Griezmann, antes del lanzamiento de penalti de CarrascoJuanjo MartínAgencia EFE

El Atlético había asumido ya la posibilidad de quedarse fuera de la Liga de Campeones. Pero nadie está preparado para un drama como el que vivió el equipo de Simeone ya con el tiempo cumplido. Turpin, el árbitro, ya había pitado el final, cuando la revisión del VAR le concedió una última oportunidad, una prórroga desde los once metros. Un penalti que falló dos veces el Atlético sin poder explicarse lo que acababa de suceder. Tiró Carrasco y paró Hradecky y el remate posterior de Saúl se fue contra el larguero. Aún hubo un intento más, de Reinildo, que un defensa despejó por encima del larguero. Con esa pelota volaban las aspiraciones rojiblancas en la Liga de Campeones. Está eliminado y ahora sólo le queda intentar asegurar su presencia en la Liga Europa la próxima semana ante el Oporto.

El equipo de Simeone es capaz de pasar por todos los estados de ánimo posibles durante un partido. Desde la emoción que le transmite la grada en el comienzo del partido a la depresión después del segundo gol del Leverkusen pasando por la rabia cuando se adelantaron los alemanes por primera vez y atravesando la euforia después del empate de De Paul. Una euforia que se contagia de arriba a abajo, de la grada al campo y que llevó al equipo de Simeone a encerrar al rival en su campo y que volvió a vivir cuando el árbitro señaló el punto de penalti con el tiempo cumplido antes de ser devorado por la decepción y la rabia otra vez.

El Atlético ofrece lo mejor cuando no tiene tiempo para pensar, cuando la única opción es ir hacia arriba sin mirar atrás. Entonces se sacude los miedos y los complejos, se atreve con todo y deja de ser el equipo sin alma que fue durante gran parte del partido. Especialmente desde que Diaby puso por delante al Leverkusen por primera vez.

La habilidad y la velocidad del delantero del equipo alemán fueron un tormento para la defensa rojiblanca. Las arrancadas de Frimpong por el costado derecho y de Bakker por el izquierdo, con la compañía de Hudson Odoi arriba hacían de los contraataques alemanes un peligro constante para el Atlético.

Pero nada tan peligroso para los defensas rojiblancos como el atrevimiento de sus delanteros donde no toca. Un error de Griezmann en el costado izquierdo de su defensa, un regate a destiempo en el lugar inapropiado, abrió la puerta para que se colaran las ilusiones del equipo alemán de llegar a la siguiente fase de la Liga de Campeones. Perdió la pelota el francés con su defensa descolocada y el balón terminó llegando a los pies de Diaby para que marcara el primero.

Más irresponsable aún fue aún el error de Correa en el segundo. Hudson Odoi fue el encargado de volver a poner por delante a su equipo.

El Atlético había cogido aire con el gol de Carrasco, pero sólo le servía para ilusionarse temporalmente. Era un equipo sin fe, los jugadores no se movían para buscar los desmarques y el ritmo era desesperadamente lento para un grupo que ha basado sus éxitos en asfixiar a los rivales.

Pero todo parecía funcionar al revés en el Atlético. Carrasco, al que le está costando ofrecer su mejor versión esta temporada, había marcado el gol y los del Leverkusen llegaron por los errores de Griezmann y de Correa que tantas veces han salvado al equipo rojiblanco. El argentino fue sustituido por De Paul en el descanso y el argentino marcó el gol que levantó a su equipo.

Aunque no sirviera de mucho. Como sucedió contra el Brujas, cada vez que se acercaba al área del Leverkusen aparecía su portero para despejar el peligro. Estuvo acertado Hradecky, pero no tanto como Oblak, que volvió a ser el muro salvador del Atlético. El esloveno detuvo los contraataques de Diaby y de Paulinho que amenazaban con dejar fuera de Europa completamente a los rojiblancos. El brasileño, apartado por Seoane, el anterior entrenador, se ha encontrado con la confianza de Xabi Alonso y su velocidad fue ideal para sustituir a Diaby.

La última opción para el Atlético era que entrara Joao Félix a solucionar los problemas. Simeone se acordó del portugués en el minuto 87. Sin tiempo para casi nada, aunque aún pudo ofrecer alguna muestra de su calidad, pero siempre lejos del área. Su aparición fue recibida con generosos aplausos por la grada, a la que le hubiera gustado verlo antes.

Le valía cualquier cosa al Atlético, que atacaba con más ímpetu que precisión. Oblak se animó a subir en los dos últimos córners. En el primero, sin fe, se quedó a medio camino, sin llegar a entrar en el área. En el segundo estaba por allí cuando la mano de un defensa chocó con la pelota.

Después llegó el drama. Carrasco, que se había levantado de su mala temporada durante el partido, acabó mandando la pelota contra el portero del Leverkusen.Y todos los rechaces que llegaron después confirmaron que el puesto del Atlético no está más esta temporada en la Liga de Campeones. Sólo le queda agarrarse a la Liga Europa como mal menor. Pero nada consuela de lo vivido contra el Leverkusen. Demasiada crueldad.

Alineación del Atlético de Madrid: Oblak; Molina, Giménez, Hermoso, Reinildo; Witsel, Kondogbia; Correa, Griezmann, Carrasco y Morata.

Alineación del Bayer Leverkusen: Hradecky; Kossonou, Tapsoba, Hincapié; Amiri, Andrich; Frimpong, Bakker; Diaby, Hlozek y Hudson Odoi.