Polémica
El Barcelona y su problema con las camisetas en el partido contra el Levante: no le dejaban jugar
El equipo de Hansi Flick, que ha empezado perdiendo en Valencia, ha tenido un contratiempo grave con la camiseta del partido
La segunda jornada de LaLiga EA Sports 2025/26 ha dejado una curiosidad llamativa más allá de lo futbolístico: el FC Barcelona está jugando en el campo del Levante con una camiseta que no estaba en los planes de nadie. Lo hizo recurriendo a una prenda del curso pasado, en concreto la tercera equipación de la temporada 2024/25, de color verde lima. Una elección forzada y poco habitual, que además no empezó dándole suerte al conjunto azulgrana, ya que arrancó el choque por detrás en el marcador.
El episodio se explica por un cúmulo de circunstancias relacionadas con la normativa de colores, la visibilidad en la retransmisión televisiva y la intervención de la propia organización de LaLiga. El Barça disponía, en principio, de alternativas suficientes con sus camisetas actuales, pero ninguna de ellas resultó viable según los criterios de la dirección de partido.
El problema con la primera equipación
La camiseta principal del Barcelona, la tradicional azulgrana, fue descartada de inmediato. La razón era sencilla: el Levante, que ejercía de local en el Ciutat de València, utiliza también tonos azul y grana en su indumentaria. En este tipo de situaciones, el reglamento de LaLiga exige que uno de los equipos vista con colores claramente diferenciados para evitar cualquier tipo de confusión tanto en el campo como en la transmisión televisiva.
Con esa opción fuera de juego, al Barça le quedaba recurrir a las dos alternativas diseñadas para esta campaña 2025/26: la camiseta dorada como segunda equipación y la naranja como tercera. Sobre el papel, parecían suficientes para resolver la coincidencia cromática, pero no fue así.
Las alternativas de esta temporada
La camiseta dorada ha sido presentada como el uniforme visitante del Barcelona en este curso. Su tono metálico y uniforme ofrecía, a priori, un contraste claro respecto al azulgrana del Levante. Sin embargo, al momento de planificar el partido, el director de partido designado por LaLiga determinó que ese color podía generar problemas en la retransmisión televisiva. El argumento se basaba en la posibilidad de que, en cámara, ciertos matices del dorado se confundieran con el granate del rival o con el tono del césped, reduciendo la claridad visual para los espectadores.
La otra opción disponible era la camiseta naranja, la tercera equipación del Barça esta temporada. Se trata de un color intenso y vibrante que, en teoría, no debería dar lugar a confusión en un campo de juego. Aun así, la decisión arbitral y organizativa fue la misma: tampoco se autorizó su uso. La explicación volvió a estar vinculada con la visibilidad televisiva, pues se consideró que la intensidad del naranja podía generar interferencias cromáticas con los tonos del Levante en pantalla, dificultando la correcta identificación de los jugadores durante la transmisión en directo.
La única camiseta autorizada fue la tercera equipación de la 2024/25, de color verde lima. Esa indumentaria, que había quedado relegada al recuerdo tras el final de la campaña anterior, regresó por necesidad a escena en el Ciutat de València. Y lo hizo en un contexto exigente: el segundo partido de la temporada, en el que el Barcelona buscaba dar continuidad a su arranque en LaLiga.
Una elección que no dio suerte
El regreso forzado del verde lima no comenzó con buen pie. El Barça, vestido con esa equipación poco habitual, empezó el partido perdiendo. Aunque el resultado final aún estaba por decidir, el inicio no fue alentador para los de Hansi Flick que veían cómo la camiseta rescatada del pasado curso parecía mantener un aire poco favorable.
Más allá de lo anecdótico, la situación puso sobre la mesa un debate recurrente en el fútbol moderno: la multiplicidad de camisetas, los criterios de elección y la influencia de la retransmisión televisiva en cada detalle del juego.