Real Madrid

Valencia

Un empate no es suficiente

El Real Madrid jugó una gran media hora, marcó un golazo y se deshinchó. Con uno menos, se adelantó otra vez, pero no aguantó

El defensa portugués del Real Madrid Pepe (i) comete penalti sobre André Gomes (c), centrocampista portugués del Valencia CF
El defensa portugués del Real Madrid Pepe (i) comete penalti sobre André Gomes (c), centrocampista portugués del Valencia CFlarazon

El Real Madrid jugó una gran media hora, marcó un golazo y se deshinchó. Con uno menos, se adelantó otra vez, pero no aguantó

Peleó el Madrid contra el Valencia, contra la tensión que se vive en el club, contra una decisión del árbitro, que, esta vez, no fue a favor; contra su irregularidad y contra sus propios errores defensivos. Contra todo eso jugó ayer el equipo de Benítez en Mestalla y sacó un empate que puede ser bueno o puede ser malo, que no se sabe. Es bueno porque acabó el partido con diez; es malo porque aun así, con uno menos, se volvió a adelantar en el marcador; es bueno porque Mestalla es un campo más que complicado; es malo porque también había empatado el Barcelona y, de nuevo, se desaprovecha una ocasión de recortar distancia. Es bueno porque el equipo mostró carácter, ambición y buen fútbol durante la primera media hora; es malo porque pese a eso, se desinfló, dejó que el Valencia se creciera, le dejó empatar de penalti y no supo defender el gol de Bale en la segunda parte.

En el estado de incertidumbre en el que vive Rafa Benítez en el banquillo, el futuro sigue siendo incierto, según se valore –bien o mal–, el partido de ayer. Se puede ver de las dos formas: lo que seguro que dejó el encuentro fue una lucha hasta el final, tensa, con el Real Madrid dejándose hasta la última gota de carácter, jugándosela a cara o cruz, porque es así como va a ir esto el resto de la temporada. Quiso ganar hasta el final y lo tuvo Bale y se cansó de sacar saques de esquina y no renunció al partido. A cambio, dejó muchos huecos atrás y permitió que el Valencia pudiese terminar definitivamente con Rafa Benítez. Entonces apareció Keylor Navas, que desde hace varios partidos navegaba entre la indiferencia, y salvó un gol que parecía cantado, el que sí que hubiese terminado con el ciclo de Benítez. Ahora nada es seguro.

El entrenador consiguió cambiar la cara del equipo durante la primera media hora, pero en su haber está el cambio de Benzema, para buscar el equilibrio del equipo. Como hace habitualmente, quiso terminar el encuentro con cuatro centrocampistas y dio paso a Lucas Vázquez y quitó al francés, que estaba protagonizando un partido sensacional, apareciendo por todos lados del campo. Dejó a Bale y Ronaldo arriba. El plan era el de siempre.

Pero todo se torció con la expulsión absurda de Kovacic. El croata había sido titular en vez de James, en el primer gran golpe de timón de Rafa Benítez desde que está en el banquillo, la primera vez que toma una decisión realmente comprometedora. Kovacic le gusta porque le da una consistencia que ahora mismo James no le puede ofrecer. Tiene menos calidad arriba, pero aumenta el número de hombres en el centro del campo para hallar el famoso equilibrio del que hablaba el entrenador el sábado. Kovacic cumplió con su labor hasta que fue expulsado por una patada excesiva.

El Real Madrid se complicó la vida solo. Kovacic, a veinte minutos del final. Pepe, antes, cuando terminaba la primera parte, al hacer un penalti innecesario en una contra del Valencia nacida de un penalti no pitado a Bale. El equipo de Neville empató tras ese error del defensa portugués y el Madrid sintió cómo su trabajo inicial no valía para nada. Porque el equipo de Rafa Benítez tuvo media hora convincente, con el balón, con Kroos al mando, Benzema pidiéndola y con los tres de arriba marcando uno de los goles de la temporada, tras una combinación cerca del área rival.

Era el Madrid un conjunto serio, dominador, al que sólo André Gomes hacía daño, sin ayuda de los compañeros. El Valencia le dio el campo y el balón y los azules ayer se sintieron a gusto con ese dominio. Faltaron más oportunidades, algo más de vértigo para romper al rival y acabar con el choque. No lo hizo y, como le pasa siempre, se fue diluyendo, olvidando las nociones de orden y dio vida al Valencia. Es un mal al que no encuentra solución el técnico. Al final de la primera parte se le empezó a escapar el partido al Real Madrid, ya sin control y con el Valencia llegando como no lo había hecho. El penalti de Pepe volvía a poner el choque en el kilómetro cero justo antes de marcharse al descanso.

El Madrid tuvo menos el control después y fue con el vértigo, con la expulsión de Kovacic, con la necesidad de ganar cuando más oportunidades tuvo. Pero no sabe cerrar los partidos, no sabe controlar las situaciones. Marcó Bale, en plan heroico, de cabeza, creyó el Madrid en todo, de nuevo. Benítez daba instrucciones urgentes a Kroos y pedía al equipo que supiese defender: eran uno menos, había que saber manejarse.

Papel mojado. El Valencia empató y, en medio de la locura, pudo marcar el Madrid, pero también el Valencia. No lo hizo ninguno. Puede ser un buen empate. Según se mire.

Ficha Técnica:

2. Valencia: Domenech, Barragan, Santos, Abdennour, Orban (Rodrigo Moreno, m.80); Parejo (Negredo, m.85), Danilo, Andre Gomes; Cancelo, De Paul (Fuego, m.88) y Alcácer.

2. Real Madrid: Navas, Danilo, Pepe, Ramos, Marcelo; Kroos, Kovacic, Modric; Bale, Cristiano y Benzema (Lucas Vázquez, m.67).

Goles: 0-1, m.16: Benzema. 1-1, m.45: Parejo, de penalti. 1-2, m.82: Bale. 2-2, m.83: Alcacer.

Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó por el Valencia a Barragán, y por el Real Madrid a Pepe. Expulsó al madridista Kovacic con roja directa, en el minuto 68.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 18 de la Liga BBVA, disputado en Mestalla ante 52.000 espectadores. EFE