Benzema, para el asalto

El Real Madrid construyó su leyenda con victorias aplastantes en los comienzos de la Copa de Europa y la agrandó con remontadas impactantes en los años 80. Eran otros tiempos, cuando la cantera era algo más que un relleno y servía para construir equipos campeones. Años en los que el Real Madrid no podía competir con la fuerza económica de los equipos italianos y sólo se permitían dos extranjeros por club. Eran tiempos en los que Butragueño inauguraba el «club de los 100» –fue el primer futbolista en ganar cien millones de pesetas al año en España– y nadie se imaginaba que el Madrid pudiera tener en su plantilla dos jugadores de cien millones de euros –entre otras cosas porque los euros aún no existían–.

Sólo es un gol lo que necesita el Real Madrid, pero se lo plantea como si en Turín hubiera perdido por 3-0, como contra el Anderlecht, o 5-1, como ante el Borussia Mönchengladbach. Porque el equipo mira al pasado y recuerda el 2-1 de Múnich cuando Mourinho se sentaba en el banquillo madridista y cómo la eliminatoria que estaba resuelta la perdió el portugués al echar al equipo atrás cuando ganaba 2-0.

Tiene motivos el Real Madrid para dudar de las remontadas. Todo es más difícil cuando en el mismo Santiago Bernabéu se pita a Iker Casillas, el capitán que ha levantado la Décima, el mismo que levantó dos Eurocopas y un Mundial con la Selección. Tiene motivos cuando Ancelotti no encuentra entre los 70 millones que el club se ha gastado en Khedira, Lucas Silva e Illarramendi un sustituto para Modric y prefiere utilizar a Sergio Ramos fuera de su sitio cuando se prometió que no lo volvería a hacer después de la derrota en el Camp Nou de la temporada pasada. Tampoco ayuda que uno de los futbolistas más destacados en los últimos encuentros sea Chicharito Hernández, decisivo en la eliminatoria contra el Atlético, y olvidado durante casi toda la temporada.

Los problemas se agravan cuando el representante de una de las estrellas, Gareth Bale, se queja de que sus compañeros no se la pasan y resulta que las estadísticas le dan la razón. Es el que menos balones recibe de los tres de arriba, aunque las estadísticas no miden la capacidad de asociación del galés, mucho menor que la de Benzema, por ejemplo, lo que hace que el balón regrese muchas menos veces a los pies de sus compañeros que cuando se lo dan al francés. Al menos, Benzema ya parece recuperado de su lesión y ayer se entrenó junto al resto de sus compañeros. Mientras, Bale se entrenó aparte y Kroos no completó el entrenamiento, aunque en el club confían en que estén disponibles para mañana.

El Madrid, por todas esas razones, se plantea marcar un gol como si fuera un trabajo heroico. Algo extraño para un equipo que ha marcado 107 tantos en 36 partidos de Liga y 23 en 11 partidos de la Liga de Campeones. Además, tiene en Cristiano Ronaldo al máximo goleador del campeonato español y al segundo máximo goleador en el continente, sólo superado por Messi.

Los jugadores reclaman el apoyo de su público, como hizo ayer Carvajal. «Vamos a notar el aliento de la afición», decía el lateral derecho. Por el momento, ya se prepara un recibimiento al estilo de los de los últimos partidos en el Bernabéu, como sucedió contra el Atlético de Madrid en la vuelta de los cuartos de final. «El miércoles a las 18:30 acompaña al equipo en Concha Espina desde Serrano hasta Sagrados Corazones», era la convocatoria emitida por el Twitter oficial del club. Dos horas y cuarto antes del encuentro, los madridistas están citados para que sus jugadores reciban ya los ánimos de sus aficionados antes de bajar del autobús.

Ésa es una de las razones que hace que la Juve no viaje cómoda a Madrid. La otra es la calidad de sus futbolistas, los mismos que acumularon 22 victorias seguidas en invierno. «Sus fenómenos son capaces de cambiar el marcador en un segundo», advierte el defensa Chiellini en declaraciones a Sky Sports. «Contra el Valencia pudieron marcar diez goles; habrá que controlar a sus jugadores, aunque no podremos salir a defender el 0-0. Será fundamental intentar hacerles daño al contragolpe. Vamos a dar el 110 por ciento para llegar a la final», añadía.