Manchester City
Cara a Cara: ¿Le dio un baño Guardiola a Mourinho?
NO. El espíritu de Ovrebo sobrevoló Old Trafford
Alfredo Duro
Si en un momento decisivo del partido el árbitro decide mirar a otro lado en lugar de pitar un claro penalti de Bravo a Rooney, habrá que decirlo. ¿O no, querida Carme? Estás tan acostumbrada a cerrar los ojos cada vez que una decisión arbitral eleva a los altares el fútbol de Guardiola que ya has olvidado que los demás los mantenemos abiertos. Y por eso hay que ponerse serios y no caer en la trampa de la posesión y todo lo demás para gritar a los cuatro vientos que la estética y el virtuosismo están muy bien, pero que en el primer duelo de Mourinho con Guardiola el espíritu de Ovrebo (héroe nacional del guardiolismo) sobrevoló Old Trafford. ¿Por qué?
- Imposible hacer más
Nunca imaginó Mourinho durante los días previos al partido que varios de sus jugadores pudieran estar tan por debajo de sus posibilidades. Si me preguntas por el mejor jugador del City en el derbi de Mánchester no te nombraré a Silva, De Bruyne o Nolito. Los mejores del City jugaron con la camiseta del... United. En lugar de intensidad e intimidación Mourinho se encontró entre los suyos con indolencia y blandura. Así fue imposible aspirar a más.
- Reacción de Mou
Cuando un árbitro como Clattenburg y varios de tus jugadores se obstinan en favorecer al rival, no hay nada que hacer. Ese es el único baño, y es de realidad, del que se puede hablar. A cualquier otro entrenador los dos goles iniciales del City le hubieran llevado a las tinieblas. Mourinho no sólo reaccionó, además logró que con sus decisiones la lectura del partido deje tocado a Bravo y, por extensión, a quien decidió su fichaje prescindiendo del portero de la selección inglesa. Guardiola, a pesar de tener todo a favor, acabó defendiendo en su área un resultado que pudo acabar en empate. Menos lobos y menos baños.
SÍ. Pep sigue mandando mientras Mou va un paso por detrás
Carmé Barceló
El que da primero da dos veces. El que ha dado siempre la mejor imagen de lo que es el fútbol-arte da para siempre. Esto es así. Querido Alfredo Duro, bienvenido al mayor espectáculo del mundo y a esos primeros 45 minutos que nos regaló el City a las y los que amamos este deporte, a las y los que defendemos el estilo. Guardiola nos dejó la impronta de su clase y de su «savoir faire» por mucho que queráis opacarle. Mourinho va un paso atrás. Uno proyecta proyecto. El otro, loas para sí mismo y resultados. Ya está firmado el contrato de este duelo de titanes: Pep lo hace con pluma y Mourinho, con bolígrafo. La clase, hacerlo bonito y tal. La vida sigue igual.
- Es insaciable
Me gusta mucho más este Guardiola insaciable que este Mourinho predecible. Pep siempre quiere más. Es un inconformista incluso consigo mismo. Sus retos poco o nada tienen que ver con los de tu querido Mou, apreciado Alfredo, que sólo busca el triunfo. De momento, Guardiola ha ganado la primera batalla. Y lo hizo sin renunciar a su estilo. Hay que agradecerle todo lo que nos está regalando a los y las, repito, que amamos este deporte. ¿Te incluyes?
- Bravo y las obsesiones de Mou
Es una de las mayores garantías que puede tener una defensa y un entrenador atrevidos. Un error puntual no debe opacar su impresionante calidad. Hay que ir más allá del fallo. Hay que pensar, primero, en los nervios lógicos del debut. Y, segundo, en lo que hizo y hace bien. Que fue y es mucho. Un poco más de tiempo y le veremos «on fire». No te subas al carro oportunista de las plañideras que lloran la ausencia de Hart. Preocúpate de justificar los 120 millones que costó Pogba y que Mou no se repita más que el ajo culpando a los árbitros de sus derrotas. Esa obra de teatro ya la hemos visto muchas veces, querido.
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