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El asesinato que ayudó al Shakhtar a ganar títulos

La historia del club ucraniano cambió con la muerte violenta de su anterior presidente

Rinat Akhmetov, presidente del Shakhtar Donetsk, y Oleksandar Akhat Bragin, asesinado en 1995.
Rinat Akhmetov, presidente del Shakhtar Donetsk, y Oleksandar Akhat Bragin, asesinado en 1995.Shakhtar

La historia del Shakhtar Donetsk cambió el 15 de octubre de 1995. Su presidente, Oleksandar Akhat Bragin, de 42 años, fue asesinado en el estadio del equipo, cuando se disponía a presenciar un partido. Una bomba que contenía 11,5 kilos de explosivos causó la muerte de Bragin, que solo pudo ser identificado por el Rolex que llevaba en una de sus muñecas, y de cinco de sus colaboradores. No era la primera vez que intentaban asesinar a Bragin, quien sobrevivió de forma milagrosa a un tiroteo de una banda mafiosa rival en 1994.

Conocido como Alik el griego, Bragin acumuló una considerable fortuna durante la Perestroika gracias a sus negocios en el mundo del juego y en el mercado de divisas. En esa época se le señaló como uno de los hombres importantes dentro de la mafia ucraniana y sus admiradores crecieron tanto como sus enemigos.

La investigación sobre la muerte de Bragin avanzó poco hasta el año 2000, cuando un miembro de una banda rival admitió que había participado en la explosión que acabó con la vida del presidente del Shakhtar y en otros asesinatos a sueldo. El resultado de la investigación determinó que la explosión fue organizada por el grupo criminal Kushnir-Ryabin y el comandante de policía Vyacheslav Synenko “cubrió” la salida del autor de la explosión, Igor Filippenko. Se emitió entonces una orden de detención internacional contra Synenko, que desde 1999 residía en Grecia. Extraditado en 2005, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Bragin. Synenko apeló, se declaró inocente y aseguró que “todo el caso era ficticio y deliberadamente falsificado”. La Corte Suprema consideró insuficientes las pruebas de su participación en el atentado y anuló la condena. El caso se devolvió al tribunal inferior para que se desarrollara un nuevo juicio y se revisara la investigación del caso.

A Bragin le sustituyó en la presidencia del Shakhtar su amigo de la infancia y mano derecha, Rinat Akhmetov, a quien un oportuno atasco le impidió llegar al estadio aquel día y le salvó la vida. Akhmetov heredó el club, pero no se ha podido librar de las especulaciones sobre su ausencia en el estadio en el momento del atentado. Considerado el hombre más rico de Ucrania, con una fortuna que, según distintas fuentes, oscila entre los 12.000 y los 18.000 millones de euros, Akhmetov posee un imperio empresarial con negocios en el gas, centrales eléctricas, bancos o medios de comunicación.

Akhmetov asumió la presidencia el 11 de octubre de 1996, fecha de la que se han cumplido 25 años, y sometió al Shakhtar a una transformación completa y el equipo creció de tal manera que comenzó a discutir al Dinamo de Kiev la hegemonía en el fútbol ucraniano. El Shakhtar empezó a pensar en grande y los títulos comenzaron a acumularse en su palmarés. Durante la presidencia de Bragin, el Shakhtar solo ganó una Copa de Ucrania. Desde que Akhmetov tomó el mando, el club ha logrado 13 Ligas, las mismas que el Dinamo de Kiev en ese periodo, 12 Copas, ocho Supercopas de Ucrania y una Copa de la UEFA.

Este camino de éxito que emprendió el Shakhtar desde que Bargin asumió la presidencia no hubiera sido posible sin Mircea Lucescu. El entrenador rumano llegó al club en mayo de 2004 y transformó la filosofía futbolística de la entidad y la mentalidad del equipo. Con la complicidad de Sergiy Palkin, director general del club, Lucescu comenzó a fichar futbolistas brasileños. Estaba convencido de que el Shakhtar debía crecer a partir de ese estilo de juego y el tiempo terminó dándole la razón. En esta aventura, Lucescu también estuvo acompañado por Luis Gonçalves, quien fue director de ojeadores del Oporto y que trabajó para el Shakhtar entre 2011 y 2018.

El éxito deportivo de la idea que implantó Lucescu es evidente. Hasta su llegada, el Shakhtar había ganado solo una Liga y cinco Copas de Ucrania y cuatro Copas de la URSS. Desde que el técnico rumano aterrizó en Donetsk, el Shakhtar ha ganado 12 Ligas, ocho de ellas con Lucescu, que dejó la entidad en 2016. A eso hay que sumar ocho Copas, cinco en la época de Lucescu, y la mencionada Copa de la UEFA en 2009, el único título europeo en la historia del club.