Liga de Campeones

Bayern-Villarreal. El corazón da otra oportunidad a Alphonso Davies

El lateral del Bayern sufrió una miocarditis en enero que pensaba que podía dejarle todo el año sin jugar

Alphonso Davies disputa una pelota con Danjuma en el partido de ida
Alphonso Davies disputa una pelota con Danjuma en el partido de idaAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

La vida de Alphonso Davies se ha reiniciado varias veces de las maneras más insospechadas. No es habitual que el destino de un niño nacido en un campo de refugiados sea convertirse en una estrella del fútbol mundial, reconocido como el mejor del mundo en su posición. Tampoco lo es que la carrera de un deportista de 21 años recién cumplidos se paralice por un problema de corazón, una miocarditis. Por todo eso ha pasado el futbolista canadiense, que mientras apuraba la recuperación de su dolencia coronaria, veía cómo Canadá, su selección, se clasificaba para un Mundial 36 años después. No pudo estar con sus compañeros sobre el césped, pero sus lágrimas les sirvieron de acompañamiento en la distancia. Rompió a llorar mientras hacía un directo en Twicht para compartir ese momento histórico con sus seguidores. La única vez que su país jugó un Mundial fue en México 86 y quedaban todavía 14 años para que Davies naciera.

A Canadá llegó a los cinco años, después de pasar los primeros de su vida en el campo de refugiados de Buduburam, en Ghana, donde se instalaron sus padres, que iban huyendo de la guerra civil en Liberia, su país de origen. El fútbol acompañó a Alphonso desde pequeño y pronto llamó la atención de los Vancouver Whitecaps, que lo ficharon para su academia con 14 años. A esa edad tuvo que abandonar su casa, igual que habían hecho sus padres años antes por motivos mucho menos felices. A los 15 ya estaba en el primer equipo de Vancouver y a los 19 se convirtió en el traspaso más caro de un futbolista de la MLS hacia el exterior. En el Bayern, con Flick en el banquillo, aprendió a defender, dejó de ser un extremo para reciclarse como lateral izquierdo y unos meses después ya era uno de los jugadores más destacados del campeón de Europa en la temporada del confinamiento.

Todo se detuvo cuando en enero, después de pasar el covid 19, le detectaron una miocarditis, una inflamación del músculo cardíaco que afecta al bombeo de la sangre y que puede provocar arritmias. El coronavirus es el origen de su dolencia y estuvo sin jugar desde el 17 de diciembre, cuando se detuvo la Bundesliga, hasta la semana pasada, cuando reapareció en el partido de ida contra el Villarreal. Jugó el partido completo y volvió a jugar algo más de media hora contra el Augsburgo el fin de semana. Davies está de vuelta mucho antes de lo que se esperaba. Las previsiones eran que podía pasarse toda la temporada como espectador. Uno de los problemas de la miocarditis es que puede provocar coágulos en el corazón y generar trombos de consecuencias graves.

Pero Davies ya está preparado para ayudar al Bayern en su objetivo de volver a ser campeón de Europa.

Después de su regreso, Davies no ha abandonado su actividad en las redes. Ha llamado la atención en los últimos días por unos comentarios en su canal de Twitch en los que criticaba duramente a Harry Maguire, el defensa y capitán del Manchester United, por su enfrentamiento con Cristiano Ronaldo. «Imagina que eres Cristiano y tu capitán es Maguire», dice en tono despectivo antes de reclamar que le den el brazalete al portugués.

Las redes sociales han sido una fuente de problemas también para Davies, que ha sufrido ataques racistas, especialmente por su relación con la internacional canadiense Jordyn Huitema, que juega en el PSG. En diciembre de 2020 los dos reaccionaron a los comentarios que sufrían después de colgar una foto de los dos en Instagram. Muchos de ellos se referían al color de piel de Davies, en contraste con la blancura de la piel de su pareja. «Nunca veremos lo bueno en el mundo si todo lo que vemos es el color de la piel de los demás. Todos somos parte de una raza, la raza humana», decía Huitema en sus redes.

Ahora la única preocupación de Alphonso es recuperar el mismo nivel que le llevó, cuando era un jugador desconocido, a sentar en el banquillo a Lucas Hernández, un campeón del mundo por el que el Bayern había pagado 80 millones de euros al Atlético. El Villarreal es su próxima prueba.