Papel
Cheryshev contra Cheryshev
Denis y Dimitri Cheryshev no deberían ser protagonistas principales de un episodio más de la rivalidad entre el Sevilla y el Real Madrid. Pero en las horas previas tienen una historia curiosa que relatar. El primero, el padre, es miembro del cuerpo técnico sevillista, que básicamente se dedica a que el ucraniano Konoplyanka, que sólo habla ruso, como los Cheryshev, sepa qué diablos quiere el entrenador de él. Konoplyanka es una apuesta firme del Sevilla y su adaptación se ha considerado prioritaria, al punto de contratar a Cheryshev para su mejor ensamblaje en el equipo. El ex delantero del Sporting conoce a Emery de la breve etapa en la que el entrenador dirigió al Spartak de Moscú, el único fracaso de su victoriosa carrera.
El hijo, Denis, juega muy poco en un Real Madrid que apostó por él siendo un crío, y que lo cedió al Sevilla para que explotara en la temporada antepasada. De la mano de Unai, el viejo amigo de papá, ganó la Europa Liga, aunque su presencia en las alineaciones fue testimonial. Una sucesión de lesiones tuvo la culpa, El pasado curso, con Marcelino García Toral en el Villarreal, sí rindió a satisfacción y Benítez lo reclamó para su plantilla, aunque luego le dé muy poca presencia.
Seguramente, si Dennis hubiese triunfado en el Sevilla, jugando en la banda izquierda, el club de Nervión no se habría fijado en Konoplyanka y su padre, por tanto, no estaría hoy en Andalucía. Pero el hispano-ruso, cuando medio estaba sano, competía en el puesto con un tipo que sí que había explotado como Vitolo. El Sevilla ni se planteó prorrogar su cesión. No gustó nada en lo que se le vio, apenas un par de apariciones esporádicas. «No sabemos qué podía haber ocurrido si Dennis llega a triunfar en el Sevilla. Sabemos lo que ha pasado, y es que Denis está bien ahora y yo también. No puedo ir más allá», dice el padre. De forma directa, Dmitri sí que trabajó en los escalafones inferiores del Madrid, cuando se retiró del fútbol en activo, porque el club de Concha Espina quería reclutar a su retoño, que jugaba como los ángeles allá por donde pasaba su padre (Gijón, Burgos...), delantero internacional ruso, rápido que destacó en el Sporting. Curiosamente, Cheryshev padre, estando en Gijón, con un gol suyo ante el Betis (coreado en las gradas del Villamarín) mandó al Sevilla, con Monchi de portero, a Segunda.
«Mi etapa en el Real Madrid fue muy buena. Pese a ser un club tan grande, también es una familia y a nosotros nos trataron muy bien. Yo aprendí mucho, la verdad. Pero aquí está pasando lo mismo», explicaba Dimitri mientras se ponía en el papel de entrenador y padre a la vez ante el duelo de esta noche. «Uf. Nunca he tenido que ir contra los intereses de Denis. Veremos qué sentimos ambos. Él me animó a venir a Sevilla a ayudar, porque pese a todo, pasó aquí un muy buen año del que aprendió mucho».
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