Champions League
Con el espíritu del Camp Nou
El Madrid afronta ante el United la misma situación que ante el Barça en Copa. Se juega la temporada con el mejor estado de forma y de ánimo del equipo
El Madrid afronta ante el United la misma situación que ante el Barça en Copa. Se juega la temporada con el mejor estado de forma y de ánimo del equipo
Algo ha cambiado en el Real Madrid. Hay otro ánimo, otra confianza, otro humor de Mourinho y una pegada recobrada. Y de todo ello tienen la «culpa» los partidos ante el eterno rival, el Barcelona, que ha mostrado su máxima debilidad ante el Madrid en el momento propicio, cuando más lo necesitaba el club de Chamartín para resurgir y afrontar tres partidos de la máxima presión en sólo ocho días. Hoy es el octavo. «No es una eliminatoria. Es una final», dice Mourinho en la previa del duelo de la vuelta de octavos de la Liga de Campeones ante el Manchester United. En Old Trafford y con los mismas motivaciones que ante el Barça en la Copa del Rey –gran rival, la desventaja del 1-1 de la ida y seguir vivo hacia los dos títulos a los que aspira–, el Madrid necesita el mismo espíritu del Camp Nou para no despertar del sueño de la «Décima».
El Real Madrid ya no es el equipo desmembrado que está situado a años luz del líder de la Liga. Se vuelve a parecer al de la Liga de los récords, vuelve a querer comerse el mundo y está más trabajado que el conjunto de la pasada campaña. Ya rueda y funciona como Mourinho quería después de un ejercicio con demasiados contratiempos. Es como si el grupo hubiera necesitado tocar fondo para obligarse a salir de la depresión, remontar y volver a brillar. Así ha llegado al momento actual después de los dos duelos consecutivos contra el Barcelona. A ojos de toda Europa, a ojos del United de Sir Alex Ferguson, el equipo se ha vuelto a mostrar aguerrido, compacto, veloz y acertado. El Madrid del contragolpe más dañino del mundo ya no es simplemente un equipo que juega a la contra. No es estático a la espera de robar el balón. Presiona con las líneas tan arriba que en tres pases está en el área rival y no necesita sobar el balón, gracias a unas transiciones de vértigo.
Y, además, cuenta con el mejor Cristiano Ronaldo, el más feliz, el que más se divierte en el campo, y se ha convertido en la referencia indiscutible del equipo. El mismo al que se le considera una leyenda en Old Trafford, que lo está consiguiendo en el exigente Bernabéu y que puede serlo aún más en «El Teatro de los Sueños». Como ya lo fueron con la camiseta del Madrid, Redondo y su jugada de tacón, Raúl o Ronaldo, el delantero brasileño, con un «hat-trick».
Todo ello deja al Real Madrid en condiciones de remontar la eliminatoria, pese a la ligera desventaja del gol del United en la ida. Por si fuera poco, y a diferencia de Ferguson, Mourinho tiene a todo su arsenal ofensivo descansado. Xabi Alonso, Özil, Di María e Higuaín no jugaron la última jornada ante el Barça. Khedira y Cristiano sólo lo hicieron media hora.
Las únicas dudas de «Mou», con todos sus hombres preparados para jugar, excepto Casillas, son si lo hará en defensa Pepe o Varane, y Benzema o Higuaín en la punta de ataque. La apuesta es que el técnico alinee a los mismos once jugadores que tomaron el Camp Nou.
Ferguson, que asegura que no pondrá el autobús para hacer bueno el 1-1 de la ida, no podrá contar con Phil Jones, pieza clave en la contención, y esto podría hacer variar su sistema, con la posible entrada de Tom Cleverly. Giggs, que con 39 años cumplirá hoy su partido número 1.000 en el United, podría tener minutos en una noche tan especial. Una noche que no es una eliminatoria, sino una final. «O más atractiva», asegura Mourinho.
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