El dato que explica el ataque del Real Madrid: los delanteros pasan muy poco la pelota

La duda del partido de esta noche del Real Madrid es la duda que ha ido acompañando a Carlo Ancelotti durante toda la temporada: un centrocampista más o tres delanteros (más Bellingham), es decir: contener un poco el equipo para crear juego o ir al ataque con la velocidad y la calidad de sus delanteros, que es indiscutible pero, esta temporada, muy irregular..

En realidad era una duda que el entrenador italiano ya tuvo en su primera época en el Real Madrid, cuando tenía que decidir entre Bale o Isco, pero, en esa ocasión, las lesiones del primero le ayudaron a tomar decisiones sin comprometer nada ni poner en peligro el ecosistema del vestuario. Este curso ese pequeño problema se ha agudizado porque, en muchos partidos, el Real Madrid se ha partido entre los cuatro de arriba y el resto del equipo. Jugar con sólo dos centrocampistas puros no le afectó en muchos encuentros, incluso le fue bien, pero sí que le ha pesado en que casi nunca ha controlado los partidos, ha sufrido muchas derrotas y, principalmente, le pesó en la Supercopa contra el Barcelona.

O control o velocidad

Ha sido en los últimos partidos cuando Ancelotti ha dado indicios de cambiar el plan por el que ha apostado durante casi todo el curso, juntando más jugadores en el centro del campo e intentando conformar un equipo más consistente y colaborativo. El problema, como se vio en Getafe, es que el equipo pierde profundidad: en los últimos tres partidos de LaLiga el equipo blanco ha ganado por un gol a cero.

Con Mbappé, Vinicius y Rodrygo en el ataque, el plan más utilizado para llegar a la portería contraria es la batalla individual de los tres futbolistas. No es que su relación sea buena o mala, es que son jugadores cuya primera idea cuando reciben la pelota, es atacar al rival regateando y, ya después, buscan el pase.

Según las estadísticas de fbref.com, Vinicius hace, por partido, hasta 6,89 progresiones con la pelota durante más de 10 metros; Rodrygo, 5,28 y Mbappé, 4,47. Los tres han superado las cien progresiones con la pelota en lo que llevamos de LaLiga. Para comparar, en el Barcelona, sólo Lamine Yamal ha superado los cien, mientras que Balde, que no va a jugar hoy, se acerca. El cuarto del Real Madrid es Bellingham y el quinto, Fede Valverde, un experto en romper líneas conduciendo el balón.

Juego colectivo

Son esos intentos individuales de los futbolistas de ataque los que han marcado el fútbol del Real Madrid esta temporada, mucho más que el juego o el esfuerzo colectivo. «Tiene jugadores de calidad, rápidos arriba. Veremos cómo plantean el partido, pero veremos cómo van las cosas. Es un gran equipo, con grandes jugadores y un gran míster. Hay que respetarlos», explicaba ayer Araujo, defensa del Barcelona para explicar el temor que sólo los nombres ya crea en las defensas rivales.

Casi ningún equipo se atreve a atacar al Real Madrid sin tomar precauciones, porque dejar espacios atrás es una invitación para las carreras de los delanteros. Sólo que no han funcionado tan bien como imaginaba Ancelotti. De ahí los continuos mensajes del italiano para que sus jugadores cambiaran de mentalidad, primero para defender todos juntos, pero después también en ataque, para que también jugaran todos juntos.