Selección Española

Adiós con el corazón

El contrato de Vicente del Bosque, campeón del mundo y de Europa, expira el día 31. Villar sabe que no hay vuelta atrás, que agota su ciclo de ocho años en la Selección.

Vicente Del Bosque durante el partido contra Italia en la Eurocopa
Vicente Del Bosque durante el partido contra Italia en la Eurocopalarazon

El contrato de Vicente del Bosque, campeón del mundo y de Europa, expira el día 31. Villar sabe que no hay vuelta atrás, que agota su ciclo de ocho años en la Selección.

La suerte estaba echada y Vicente del Bosque no encontraba un solo motivo para continuar en el puesto de seleccionador. Agotados los argumentos para seguir, y tras anticipar su renuncia al presidente y a Jorge Pérez en diciembre pasado, no ha hecho sino cumplir su palabra, que cumplirá hasta el 31 de julio, cuando expira su contrato. Clasificó al equipo para la Eurocopa, le hubiese gustado llegar más allá de octavos, y al terminar el concurso se despide. No va a prolongar una estancia con fecha de caducidad que en la calle también era contestada. La caída ante Italia le dolió más que la eliminación del Mundial, que empezó torcido. Estaba seguro de las posibilidades del equipo, confiaba en los jugadores, imaginaba llegar lejos en la Eurocopa, pero le costó asimilar una derrota tan prematura, en octavos... Fue el primer sorprendido. No la esperaba. Personas afines a él nunca le vieron «tan destrozado» en el vestuario tras una decepción.

Y lo que vino después. «El fútbol no tiene memoria», es un tópico más grande que Maracaná y que cada dos por tres se cumple al pie de la letra. De Vicente, que no quiere hacer oficial todavía lo que es un secreto a voces, ¡que se va!, con mala fe se ignora la transición, el modo en que hizo crecer la herencia de Luis; se olvidan los éxitos, como si no fueran suyos o el triunfo final lo firmara el antecesor, por haber establecido las bases, con la rúbrica de los jugadores. Un sector del madridismo, que siente un extraño gustirrinín al oír el nombre de Mourinho, sigue creyendo que ganó siete títulos, entre ellos dos Champions y dos Ligas, por casualidad, sólo porque aún no ha recogido la insignia de oro y brillantes.

Pudo haberse ido en el apogeo de Kiev. Había ganado el Mundial de Suráfrica; continuó dos años más hasta la Eurocopa de 2012. Pensó en dejarlo. Le convenció Villar, también para que continuara después de Brasil, y estableció el final de su carrera para el 31 de julio, después de la Eurocopa. Ha bajado el telón, aunque retrasa el comunicado.

A Luis le atizaron por perder con Francia en el Mundial de Alemania y no dimitir. Luis rompió su promesa porque creía en los jugadores y en el proyecto. Acertó. Como del Bosque al continuar después de Suráfrica porque ganó también una Eurocopa. Eso que se olvida por no sumar otra.