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Goles para el nuevo líder

Los azulgrana son los nuevos líderes del campeonato por mejor diferencia de goles (+10), dos más que el Real Madrid, líder hasta ahora.

Messi celebra su gol ante el Huesca. EFE/Toni Albir
Messi celebra su gol ante el Huesca. EFE/Toni Albirlarazon

Los azulgrana son los nuevos líderes del campeonato por mejor diferencia de goles (+10), dos más que el Real Madrid, líder hasta ahora.

Se desmelenó el Barcelona tras el descanso y arrolló al Huesca, que se presentó en el Camp Nou sin miedo y que a los tres minutos había marcado. El honor fue de Cucho Hernández, pero el equipo de Valverde no estaba dispuesto a hacer regalos, apretó los dientes y antes de que acabara el primer acto ya había remontado. Un derechazo de Messi, un gol en propia puerta de Pulido y un tercero de Luis Suárez con suspense, aunque fue validado por el VAR, sirvieron para maquillar el juego azulgrana, flojo en defensa –especialmente Piqué, Umtiti y Sergi Roberto– por lo que Gallar puso su firma ante la pasividad azulgrana.

Los menos exigentes se fueron al bar (con B) contentos porque el Barcelona había remontado el tanto inicial de un Huesca que no se arrugó, que plantó cara, que salió a la contra con peligro y que aprovechó el espacio que había entre Jordi Alba y Coutinho para poner en evidencia a la zaga azulgrana. Era un partido histórico para los oscenses y los de Leo Franco cumplieron con creces. Messi, que rompió a Luisinho en el tanto del empate, y Jordi Alba, un cuchillo, abortaron la sorpresa. El lateral se marcó un partidazo para ratificar que lo suyo con Luis Enrique no es cuestión deportiva y hay más entretelas en la historia.

Un cohete

El Huesca no compareció tras el intermedio y el Barcelona fue un cohete. Salió más enchufado que nunca –Valverde corrigió algunas cosas y la presión adelantada dio sus frutos– y Dembélé hizo el cuarto de tiro cruzado. La avalancha no cesó. Al revés, el Barcelona se dio cuenta de que el rival había bajado los brazos y subió un poco más el pistón. Rakitic hizo el quinto y la gente ya pensó en marcar más para quitarle al Madrid el liderato.

Por la izquierda con Jordi Alba, por la derecha, por el centro con Messi, Rakitic y Busquets, era el Barça un equipo en tono superior, en su mejor versión. Coutinho y Dembéle también aportaban a la causa, lo mismo que Luis Suárez, que se había quitado la ansiedad con su primer gol.

Fin de fiesta

Messi hizo el sexto en una acción de contragolpe y Alba encontró su recompensa con el séptimo. Alba-Messi, vaya pareja, se entiende sin mirarse. Y para cerrar el festival, el fin de fiesta lo puso Luis Suárez desde los once metros. Pidió tirar la pena máxima que le hizo Werner y llegó el octavo desde los once metros. No fue la octava maravilla, pero el Barça de las dos caras demostró que tiene hambre y cuando se puso serio se comió al Huesca.