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El eterno Bayern

Robben, en el último minuto, lo convierte de nuevo en rey de Europa. El Dortmund no supo aprovechar sus explosivos primeros minutos

Robben besa la copa que el Bayern ganó gracias a su gol en el minuto 89
Robben besa la copa que el Bayern ganó gracias a su gol en el minuto 89larazon

Arjen Robben tenía cuentas pendientes con el fútbol, una colección de finales perdidas y errores decisivos. Una mochila de penas en la espalda que se compensaron con un gol al borde del minuto 90. Un detalle de calidad en el área, un par de regates que le libraron de las amenazas de Piszceck y Hummels, que se tiraron al suelo, y Subotic, que se quedó a medias en el intento.

Robben marcó y el Bayern recuperó la memoria de aquellos tiempos gloriosos de Beckenbauer y compañía que comenzaron con el impronunciable gol de Schwarzenbeck cuando la derrota era la única realidad que imaginaban ante el Atlético. Nació una leyenda en Bruselas en 1974 y casi 40 años después, Robben puede haber iniciado otra en la que no sabe si Guardiola seguirá contando con él. Robben, que tuvo ante Casillas en la final del Mundial la ocasión de borrar el gol de Iniesta de la historia del fútbol, falló tres oportunidades delante de Weidenfeller. La memoria suele ser un enemigo malvado, pero tiene la ventaja de que se renueva constantemente. Y a las decepciones se las olvida con nuevas alegrías.

Ganó el Bayern su quinta «Champions» y Heynckes, la segunda para él. Jupp vuelve a ser despedido después de que su equipo sea el mejor de Europa. Como le sucedió en el Madrid. Pero es otra alegría para él, la confirmación de que se puede ser buen entrenador sin necesidad de llamar la atención constantemente. Sólo hace falta saber dirigir a tus futbolistas.

El Dortmund soñaba con la segunda. «Hay gente que escala el Everest y se tiene que volver cuando está a diez metros de la cima», advertía en la previa Jurgen Klopp. A unos segundos se quedó el Borussia de seguir luchando por volver a ser campeón de Europa. Apenas unos instantes quedaban para que el árbitro se viera obligado a prolongar el partido treinta minutos más. Un tiempo insignificante después de toda una temporada luchando por llegar a Wembley. Pero el fútbol, como la vida, es cuestión de detalles. Como esos centímetros que le faltaron a Weidenfeller para tapar el pase de Robben a Mandzukic en el primer gol del Bayern. O los que le faltaron al holandés para llegar a rematar un pase de Müller que acabó despejando Subotic con el alma sobre la línea de gol.

Falló ocasiones el Bayern, igual que el Borussia. Cualquiera de los dos equipos tendría motivos para sentirse desgraciado en la derrota por las oportunidades desperdiciadas. El Dortmund no puede sentirse decepcionado. Con Mario Götze, la estrella que les abandonará la próxima temporada para jugar en el Bayern, sentado en la grada, Jurgen Klopp no quiso renunciar a la esencia de su juego, a las maneras que les habían llevado hasta la final. Salió muy fuerte el Borussia, con una presión asfixiante en la que destacaba Reus, preparado para robar y para jugar por detrás de Lewandowski. Borró al Bayern del campo durante los primeros veinte o veinticinco minutos de partido. Pero le faltó el detalle, el gol. O le sobró Neuer. El portero del Bayern estaba preparado para pararlo todo.

Y cuando el equipo de Jupp Heynckes se recuperó, supo adelantarse en el marcador. Apoyado en el excepcional trabajo de Javi Martínez en el centro del campo, que robaba todo lo que pasaba por su lado, comenzó a crecer. Marcó Mandzukic y el Borussia, en lugar de lamentarse, siguió jugando a lo único que sabe, al fútbol. Siempre de cara. El gol que no encontraba le llegó por el error de cálculo de Dante. El central brasileño del Bayern midió mal un despeje y, en lugar de encontrarse el balón, se cencontró el estómago de Lewandowski. Penalti y gol de Gündogan desde los once metros.

Empezaba otra vez el partido con veinticinco minutos por delante. El paso por la prórroga parecía obligado, pero el fútbol a veces premia a los que sufren. Y el Bayern y Robben ya habían sufrido bastante con dos finales perdidas en las tres últimas temporadas. En 2010 perdieron contra el Inter de Sneijder y Mourinho. El año pasado, en su campo contra el Chelsea y con la misma crueldad con la que ganaron ayer, con un gol que ya nadie esperaba que les llevó a los penaltis. Pero igual que encontró consuelo con la victoria ante el Valencia después de aquella dolorosísima derrota ante el Manchester United, Robben supo corregir su currículum de derrotas en partidos decisivos para convertir al Bayern en el mejor de Europa. Otra vez.

- Ficha técnica:

1 - Borussia Dortmund: Weidenfeller, Subotic, Bender (Sahin, m.90), Gündogan, Lewandowski, Reus, Hummels, Blaszczykowski (Schieber, m.90), Grosskreutz, Piszczek, Schmelzer.

2 - Bayern Múnich: Neuer, Dante, Ribéry (Dias, m.90), Javi Martínez, Manzukic (Gómez, m.90), Robben, Boateng, Lahm, Müller, Alaba, Schweingsteiger.

Goles: 0-1, m.60: Mandzukic. 1-1, m.68: Gündogan, de penalti. 1-2, m.88: Robben.

Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Dante y Ribéry (Bayern), así como a Groskreutz (Borussia) .

Incidencias: Final de la Liga de Campeones disputada en el estadio de Wembley ante 86.298 espectadores.