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El hombre correcto

Florentino Pérez con el centrocampista alemán Toni Kroos larazon

Las presentaciones de los futbolistas se han convertido en una tradición de verano para el madridismo. Una ocasión para la fiesta en los días en los que el fútbol se para y se le echa tanto de menos.

Las presentaciones de los futbolistas se han convertido en una tradición de verano para el madridismo. Una ocasión para la fiesta en los días en los que el fútbol se para y se le echa tanto de menos. Ayer por la tarde, pese a la ola de calor que convirtió la capital en un infierno, unos 10.000 aficionados fueron a pasar la tarde al Santiago Bernabéu. Casi todos aprovecharon la ocasión para sacar las camisetas blancas del armario y en muchas de ellas aún se lee Raúl a la espalda. Eran niños con sus padres, grupos de jóvenes y también parejas de la mano. No había mejor plan ayer en la capital que ver al primer fichaje del campeón de Europa: Toni Kroos, un alemán seguro y confiado. Ya ha jugado con el Bayern en el estadio madridista, ya ha ganado la Copa de Europa y acaba de conquistar el Mundial. A Kroos no hay modo de asustarle: «Llega un futbolista extraordinario que ha liderado el ránking de la FIFA, que le reconoce como el más completo del Mundial. Es un jugador muy joven con un palmarés impresionante. Llega con la genética de un equipo campeón, de un club amigo. Que sepas que tendrás todo el cariño de los socios y aficionados del Real Madrid», aseguró Florentino Pérez desde el palco del estadio. El centrocampista alemán aterrizó en Madrid tras interrumpir sus vacaciones en Mallorca, pasó los reconocimientos médicos, saludó a los pocos jugadores de la primera plantilla que estaban en Valdebebas, saludó a Ancelotti y a Hierro y por la tarde fue presentado en el estadio que será su casa durante las próximas seis temporadas. Ahora se marcha de vacaciones para volver el 5 de agosto. Acompañado de su agente y de su familia (su hermano también es futbolista), Kroos demostró que el reto no le viene grande. Si juega en el centro del campo es porque ahí se deciden las cosas importantes del fútbol: «Es bastante difícil definirme a mí mismo. Pero soy un jugador del centro del campo, que es donde está el centro de gravedad del equipo y en los últimos tiempos he funcionado realmente bien». Sabe lo que quiere y dónde está, pese a que sólo tiene 24 años. Le preguntaron por el controvertido Balón de Oro de Messi, por el futuro de Khedira, por las celebraciones de los jugadores alemanes tras ganar la final con sus burlas a los argentinos y por lo que le había dicho Ancelotti cuando le saludó en Valdebebas. A todo quitó importancia y lo que no podía contar, pues no lo contó: «Estuve allí a la hora de comer y hablé con el entrenador. Pero realmente no tuve mucho tiempo y tampoco puedo decir mucho. Tampoco voy a contaros lo que me ha dicho el entrenador».

Kroos dejó entrever que el interés del Madrid es de hace tiempo y repitió varias veces que se marcha del Bayern de Guardiola sin haber tenido problemas con él. Terminaba contrato la temporada que viene y no quería seguir. El Bayern tenía que venderlo esta temporada para sacar dinero.

Al final, el club español ha pagado 25 millones de euros y le ficha para los próximos seis años. Es un futbolista de presente, pero también de futuro: «Yo soy el hombre correcto, porque sé a lo que vengo. A ganar títulos», había dicho en su presentación en el palco. Llega para jugar en el centro del campo, donde ahora mismo hay muchos jugadores y todos de un nivel altísimo. Y su competencia directa parece que van a ser Illarramendi, que quiere quedarse en el club, y Xabi: «En los últimos años he jugado en todas las posiciones del centro del campo y también podré jugar en el centro, pero no depende de mí. Tampoco importa tanto. Yo juego bien en todas las posiciones», explicó ayer con confianza. Si eligió el Madrid, dice, es porque supone un paso más que el Bayern.

Lo contó todo en alemán. En la conferencia de prensa le pidieron unas palabras en español para la televisión y reconoció que ya había dicho todas las que sabía en la presentación de antes. Eran: «¡Hala Madrid!».