Real Madrid
El método científico
El estudioso Rafa Benítez comanda un equipo que ha reforzado algunos puestos y que necesita ganar
«Un solitario con un portátil». Así se definía Rafa Benítez cuando estaba en el Liverpool. Fue el lugar donde cosechó su gran éxito, en aquella final de la «Champions» inolvidable tras remontarle al Milan. Había entrenado al Valladolid, a Osasuna, al Extremadura, al Tenerife y antes de marcharse al extranjero, al Valencia. Siempre con el portátil, con sus estudios, después con el «power point» y ya, ahora, con el iPad, con una aplicación desarrollada y con las nuevas tecnologías al servicio del fútbol, al servicio, ahora mismo del Real Madrid.
De lo poco que se ha podido ver de los entrenamientos del equipo blanco durante pretemporada han sido movimientos coordinados de los jugadores y unos circuitos en el gimnasio. No es mucho, pero ya está claro que Benítez está dejando su huella: a los jugadores les pide intensidad y atención, ser seguros atrás e imaginativos delante. Y por encima de todo, rigor y orden. Lo que ha ido haciendo a lo largo de su carrera.
«Los martes nos daba una serie de hojas explicando la zona en la que nos debíamos mover y nosotros teníamos que estudiárnoslas. Días más tarde nos reunía y nos comentaba aspectos tácticos sobre el encuentro», ha explicado Morales, el ex futbolista del Real Madrid al que Benítez entrenó en sus comienzos en los filiales blancos. Es una línea que ha mantenido en su carrera. «Lo que más me sorprendió de Rafa fue su privilegiada capacidad de análisis, reflejada sobre todo en las charlas prepartido. Nos lo daba todo mascado y bien mascado y sin dejar ni un solo aspecto a la improvisación. Todo estaba pesado, medido y calculado», cuenta Mosquera, con quien estuvo en el Extremadura. O más tarde, Bellamy, en el Liverpool: «El trabajo táctico de Rafa era muy, muy bueno. Era impresionantemente astuto y aprendí mucho de él. Defensivamente era excepcional. Era muy bueno anulando la amenaza rival. Nuestra preparación para los partidos era extremadamente cuidadosa. Nada se dejaba al azar». El método de Rafa Benítez fue especializándose y él avanzando paso a paso, cambiando de equipo, viendo mundo, hasta que la temporada pasada, estaba en el Nápoles y le llamó el Madrid.
Al entrenador madrileño, al ex jugador de la cantera del club de la capital le ha llegado el gran reto de su carrera profesional, el sueño que no pudo cumplir de futbolista: pertenecer a la primera plantilla del club blanco, estar sentado en uno de los sitios más vigilados y más criticados del mundo. Benítez sabe a lo que se enfrenta y, sobre todo, sabe que no puede permitirse errores.
No hay margen de error en el Madrid de esta temporada. 2015 acabará sin títulos porque Ancelotti se quedó, en su último año, a un paso de todo, y eso en este club es plantarse en la puerta de salida. Rafa es otro tipo de entrenador, con menos pinta de «bont vivant», mucho menos cómplice de los futbolistas, un hombre cuya vida es el fútbol, desde siempre, que aprovechaba el biberón de su hijo para ver partidos de fútbol.
En el Nápoles, Benítez entrenaba a los jugadores descartados por el Madrid, como Higuaín, Callejón o Albiol. Su salto es espectacular. Su reto es una plantilla hace dos años campeona de Europa, semifinalista la temporada pasada y vigente campeona del mundo. Una plantilla, además, reforzada por fichajes que dan calidad a algunas de las zonas más débiles. Ha llegado Danilo para formar junto a Carvajal quizá la banda derecha más ofensiva de Europa. Ha vuelto Casemiro, tras su paso por el Oporto, con el fin de tener a un centrocampista de contención. Han llegado Casilla, para la portería, y Lucas Vázquez para una banda, un puñado de jóvenes que prometen un futuro prometedor y el último en aparecer, por ahora, Kovacic, un centrocampista croata, de buen manejo del balón. Falta por saber si dará tiempo a fichar a De Gea y si llega un delantero, además de las salidas.
Con todo eso, con sus datos, Benítez tiene que ganar. Ése es el fin definitivo. Es el éxito o el fracaso, que en el Madrid no caben otras opciones. El entrenador ha estudiado al Real Madrid y tiene muy claro que lo primero que hay que corregir es la fragilidad defensiva. Es un equipo con laterales muy alegres y con problemas de concentración a balón parado. En la pretemporada, el equipo ha mostrado gran fortaleza defensiva, orden. Ahora le queda conseguir que esa seguridad no haga cojear la efectividad delante.
El equipo está claro, a falta de saber si llega De Gea. Habrá muchas rotaciones, con Isco buscándose un hueco y con Benzema obligado a estar despierto toda la temporada. Cristiano Ronaldo va a ser el goleador, James tiene que seguir creciendo y ser el faro. Modric y Kroos, la columna central y Bale, por ahora, el media punta, el delantero con libertad de movimientos. Ésa es la posición que más ha sorprendido en los primeros partidos y hay que ver hacia dónde evoluciona.
Si los resultados acompañan en los primeros partidos, la vida será muy fácil para Benítez, que podrá seguir con su laboratorio particular, buscando la mejor manera de sacar rendimiento a la mejor plantilla que nunca ha tenido. Quiere la pelota y quiere goles y quiere manejar todos los estilos posibles sin limitar a su equipo. Sin Casillas se ha quitado un factor extraño, que producía desestabilización. Y con la renovación de Sergio Ramos nada perturba al Madrid en el comienzo de la temporada.
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