Champions League
El Real Madrid, a cuartos de final tras vencer en Old Trafford
En tres minutos, Modric y Cristiano Ronaldo dieron el triunfo al Real Madrid. La expulsión de Nani cuando el United tenía ventaja cambió el rumbo del partido
El Real Madrid accedió a los cuartos de final de Liga de Campeones, tras vencer 1-2 en Old Trafford al Manchester United gracias a los goles de Luka Modric y Cristiano Ronaldo, que remontaron en el inicial marcado por Sergio Ramos en propia puerta.
Se alzó el telón en el «Teatro de los Sueños» y apareció el Real Madrid decidido, valiente, con las ideas muy claras, con la presión y la velocidad como principales argumentos para desactivar al United, para crear dudas a Ferguson y a su sistema y para convencerse de que las gestas en Old Trafford, como ya había ocurrido en el pasado, están a su alcance. Le costó, sufrió y sólo cuando el rival se quedó con diez, por la injusta expulsión de Nani, remontó un partido que tenía muy cuesta arriba tras el tanto de Sergio Ramos en propia meta.
La primera sorpresa la dio Ferguson con la alineación. Rooney no estaba entre los once elegidos. ¿Cuestión táctica? El técnico escocés prefirió un centro del campo con Nani y Giggs, en el partido número mil del capitán. Tres cambios con relación al encuentro del Santiago Bernabéu. Carrick, con mando en plaza para ser el eje, para ayudar en defensa y maniatar a Xabi Alonso. Cleverley como ayuda de cámara para que Van Persie y Welbeck fueran los cuchillos que buscaran a Diego López.
Mourinho lo tenía muy claro. Los mismos que en el Camp Nou dieron un repaso al Barcelona. Por lo que Pepe, jerarca de la defensa hace unas semanas, se fue al banquillo a ver si Varane mantenía el tipo como en los últimos encuentros e imponía su altura en la estrategia. Sin novedad en el frente blanco (ayer verde). Higuaín fue el elegido como acompañante de Cristiano, que volvió a casa, fue aplaudido y demostró que partidos de esta categoría están diseñados para él.
Los que esperaban un United más ambicioso y con vocación ofensiva se equivocaron. Sonó el gong y fue el Real Madrid el que se encontró con el regalo del balón. El United no lo quería nada más que para salir como flechas al contragolpe y les tocó a los de «Mou» jugar un rol al que no están muy acostumbrados. Y asumieron su papel, tratando de llegar a la portería de De Gea ante una defensa cerrada. Lanzó Cristiano una falta a la barrera y luego fue Higuaín el que dio el primer aviso tras una excelente pared entre Di María y Özil. Como la acción fue rápida y al primer toque, la defensa del Manchester quedó desactivada, pero el disparo del argentino se fue fuera.
Al Madrid le costaba encontrar el hueco, no había un pase entre líneas y Xabi Alonso, al que Van Persie y Welbeck presionaban, no podía hacer cambios de orientación o meter balones en profundidad. Estaba todo muy estudiado, el Manchester, arropado, sufría poco y comenzó a dar señales de vida en las jugadas de estrategia. El primer córner lanzado por Giggs lo envió Vidic, de cabeza, al palo. Después fue Diego López el que tuvo que corregir un error al despejar mal un disparo de Van Persie. Welbeck, muy activo, remató con fuerza al cuerpo del meta madridista.
De Gea tapó bien a Higuaín en la ultima acción de una primera parte en la que el Madrid no encontró su juego, no dominó y fue víctima del sistema de Alex Ferguson, que había podido más que el corazón y las ideas de los de Mourinho.
Con la posesión no había podido el Madrid imponerse al Manchester, que jugaba en su campo, que era veloz en su salida y que trabajaba a destajo para nivelar su inferioridad individual. Quedaba la segunda parte de la obra en el teatro de Old Trafford y la única novedad en el Madrid había sido la entrada de Kaká por el lesionado Di María. Con el brasileño se anunciaba más toque, más asociación y un juego más elaborado. Sin embargo fue el Manchester el que dio primero, el que marcó el gol de la esperanza inglesa y el que se puso en ventaja para poder mantener su idea futbolística. Una jugada de Rafael terminó en los pies de Nani porque Varane estuvo blando en el despeje. Desde la línea de fondo llegó un centro que pegó en Welbeck y que Sergio Ramos introdujo en su portería. Mazazo para Mourinho, mazazo para Ramos y para un equipo obligado a marcar para no morir en la orilla.
Y llegó la jugada del partido, de la eliminatoria. Fue un balón aéreo por el que lucharon Nani y Arbeloa. El portugués llegó tarde e impactó en el cuerpo del madridista. Falta. Los dos jugadores, en el suelo y, cuando Nani se incorporó, vio la tarjeta roja.
Injusta, determinante y clave para entender lo que sucedió después. No sirvieron las protestas locales. Mourinho fue a hablar con Ferguson y el partido cambió. Entró Modric por Arbeloa para jugar con defensa de tres y arriesgar. Comenzó el acoso a De Gea. El gol era cuestión de tiempo, de minutos. Fue Modric el que agarró un disparo desde fuera del área para empatar, tras dar la pelota en el poste.
Con el Manchester tocado, llegó el hundimiento. Fue Cristiano el verdugo de los suyos tras un pase de Higuaín. La suerte estaba echada; la clasificación, asegurada, porque en los últimos coletazos del United apareció Diego López para hacer varias paradas de mérito. El Real Madrid tenía la gloria y la gesta estaba consumada por lo que la presencia de Pepe no llamó la atención. Cristiano Ronaldo e Higuaín perdonaron ante De Gea. Daba igual. Se bajó el telón. El Madrid había logrado su objetivo. Sin hacer un gran partido se aprovechó de su superioridad numérica y estará en el sorteo de cuartos. La «Décima» sigue en el horizonte.
El protagonista: Alex Ferguson
No acudió a la rueda de prensa
La expulsión de Nani cambió el partido y metió a Alex Ferguson en el campo. No hay sentido del humor suficiente para soportar con tranquilidad que tu equipo se quede con uno menos y con casi medio partido por delante. «Sir» Alex se levantó de su asiento y se fue a por el árbitro, el turco Çakir. Mike Phelan, su ayudante, salió detrás de él para frenarlo y devolverlo a su sitio antes de que el asunto fuera a más. Después, con el partido terminado, se marchó sin apartar sus ojos del colegiado. Sus jugadores le imitaron. Rio Ferdinand y alguno más rodearon al árbitro y a sus asistentes. Ferdinand le aplaudió mientras Çakir aguantaba sin mover un músculo la charla del central inglés y sus compañeros. «Ferguson está consternado, como todos», dijo después Phelan, que tuvo que sustituir al técnico escocés en la sala de prensa tras el partido.
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