El Valencia dio la cara en París

Una pena. El Valencia se plantó en el Parque de los Príncipes dispuesto a agotar todas sus posibilidades, convencido de que el PSG, sin Ibrahimovic como referencia, podría tener lagunas en su juego, por lo que la remontada tras el 1-2 de Mestalla era posible. Y hubo minutos en la segunda parte, después de que Jonas adelantara a los de Valverde, en los que la gesta sobrevoló por la cabeza de los jugadores y de los aficionados valencianistas que se desplazaron a la capital gala.

La eliminatoria se perdió en Valencia y lo de anoche fue el intento, al final imposible, de conquistar París y darle la vuelta a las encuestas y a los agoreros que habían dado por eliminado al conjunto español, que dejó el pabellón bien alto y que se va de la Liga de Campeones lamentando los errores de la ida, que permitieron al PSG cobrar ventaja.

Porque ayer los franceses ofrecieron su lado oscuro. Ancelotti, el técnico que gustaba mucho a Florentino Pérez, optó por ser precavido. Y aunque tuvo la iniciativa en los minutos iniciales, el equipo se le fue cayendo. Jugó a ramalazos, inspirado en las acciones individuales de Lucas Moura, algún detallito del indolente Pastore y la insistencia en los desmarques de Lavezzi. Poco fútbol, escasas ocasiones y casi nada reseñable en un encuentro en el que mandaban las defensas. Soldado era maniatado por Thiago Silva, con Alex a la expectativa, para barrer cualquier ocasión valencianista, que tampoco tuvo muchas en una primer tiempo con precauciones y miedos.

Parejo y Tino Costa trataban de llevar a los suyos al ataque; Barragán y Feghouli hurgaban por la banda derecha mientras que Jonas repercutía menos por la izquierda. El Valencia no hilvanaba su juego, pero tampoco había sobresaltos por lo que al descanso se fueron los dos equipos con el convencimiento de que todavía no se había escrito el final.

La entrada de Banega por Albelda dio más movilidad al Valencia, que salió con aire más ofensivo. Y cuando Jonas agarró un disparo desde fuera del área al que no llegó Sirigu, pareció que la hazaña era posible. Con el gol, el Valencia siguió al ataque, convencido de que habría otra oportunidad. Entró Piatti por Feghouli para seguir teniendo velocidad en los metros finales. Estaba el partido más cerca de Valverde que de Ancelotti, que quitó a Motta para poner un delantero.

Y llegó el error de Tino Costa y el tanto de Lavezzi, que marcó con el muslo ante un Guaita vendido. Alivio para el PSG y mazazo para un Valencia que quemó sus naves en busca de otro tanto. Hubo jugadas de Soldado, Parejo y Valdés en los últimos minutos que obligaron a la defensa francesa a multiplicarse. El Valencia quería seguir en Europa, pero no lo consiguió. Su partido de anoche fue bueno, no hay peros que ponerle. El borrón lo había echado en casa y por eso ahora no es feliz.

La Juve, sin despeinarse

El Celtic de Glasgow, que este año ganó, por ejemplo, al Barcelona en la fase de grupos, no fue rival para la Juve en los octavos. La eliminatoria quedó resuelta con el 0-3 de la ida, pero en casa los italianos, que este año van a ganar el Calcio salvo sorpresa, jugaron con la seriedad necesaria para volver a vencer con goles de Matri y Quagliarella.