Champions League

Atlético de Madrid

El Atlético cae en el descuento

El equipo de Conte fue superior y tuvo capacidad para remontar el gol de Griezmann. Marcaron Morata y en el 94, Batshuayi

Saúl pugna con Bakayoko por una pelota en el centro del campo
Saúl pugna con Bakayoko por una pelota en el centro del campolarazon

El equipo de Conte fue superior y tuvo capacidad para remontar el gol de Griezmann. Marcaron Morata y en el 94, Batshuayi.

Griezmann repitió. Marcó el primer gol en el estreno del Metropolitano y ayer inauguró el marcador europeo del nuevo estadio. El francés ya está en el libro de la historia del Atlético. Su gol fue un bálsamo para un equipo que estaba a merced del Chelsea. Sin embargo, el agarrón de David Luiz a Lucas, a la salida de un córner, propició el máximo castigo que puso en ventaja a los rojiblancos. Pero el conjunto inglés, que demostró galones y superioridad en el partido, respondió, tras el descanso, con un tanto de Morata. El exmadridista cuajó una espléndida actuación, se anticipó a Lucas tras el perfecto centro de Hazard, otro de los destacados, e igualó una contienda en donde los de Conte pudieron con los de Simeone. El tanto de Batshuayi en el descuento (94) premió la superioridad del Chelsea y deja al Atlético tocado en su sueño de pelear por la Champions.

Sufrió mucho el Atlético en una primera parte muy floja. Los movimientos tácticos del Chelsea, con cinco centrocampistas, desarbolaron, de entrada, el planteamiento de Simeone. Conte apostó por el músculo de Bakayoko antes que por las filigranas de Pedro. Reforzó así la medular para tener superioridad y permitir que Cesc y Hazard tuvieran más libertad al estar resguardados por el trabajo de Kanté, Bakayoko y los dos jugadores de banda, Moses y Marcos Alonso. Morata, el más avanzado, disparaba, se movía con criterio y bajaba la pelota para la llegada de sus compañeros.

El Chelsea salió con las ideas más claras que el Atlético. Simeone nunca encontró las soluciones para frenar al rival y los avisos ante Oblak fueron constantes. Llegaban por fuera y remataban por dentro. Un pase de Cesc lo remató Hazard al poste en pleno dominio inglés. Koke, Saúl y Thomas se veían desbordados. Carrasco y Correa tampoco aparecían y a Griezmann no le llegaban balones en condiciones. Fallaba el Atlético en la circulación de la pelota y en el pase y el Chelsea era el que tenía la iniciativa, el que mandaba en el juego y el que daba sensación de peligro. Le faltaba definir como le faltó a Griezmann precisión en la primera llegada ante Courtois (min 34). Había cambiado Simeone la posición de Koke y el equipo se estiró algo más. Ya no estaba tan encogido y agarrotado a la hora de desplegarse en ataque.

Y como el fútbol no entiende de méritos llegó el penalti de David Luiz –agarrón claro, de los que muchas veces no se pitan– que Griezmann transformó. Después tuvo Saúl un gol muy claro en la jugada más elaborada de los rojiblancos en la que intervinieron Correa, Koke y Griezmann. Era el 2-0, pero el canterano la pegó mal con toda la portería para él.

El descanso no modificó las cosas. Simeone trató de meter correcciones, pero el guión apenas cambió. Amagó el Atlético con una falta, pero hubo respuesta del Chelsea. La velocidad y la fuerza de Moses y Kanté; las excelencias de Hazard, la clase de Cesc y un gran Morata volvieron a tomar el mando. Así llegó el empate. Morata no perdonó. Está en racha, es el máximo goleador de la Premier y eso es bueno para Lopetegui.

El Atlético no encontraba el ritmo. Trabajaba, se multiplicaba en defensa, pero le faltaba imaginación. El esfuerzo de Saúl y Koke no se discute, pero era insuficiente porque el Chelsea cerraba líneas, se juntaba muy bien y esperaba las contras para encontrar el segundo golpe.

Simeone se acordó de Torres para reemplazar al inoperante Carrasco y después apareció Gaitán por Correa. El partido se equilibró porque el Chelsea bajó el pistón físico. Hubo más llegadas de los de Conte, pero ya el peligro era menor. Por si acaso salió Giménez como tercer central con la misión de no dejar respirar a Morata. Se fueron Hazard y Morata, el empate parecía bueno para el Atlético, pero en la última jugada llegó el mazazo. Un gol, un duro castigo, en un partido en el que el Chelsea demostró que es, hoy por hoy, mejor que el Atlético.