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F. C. Barcelona

El Barça, título al límite

El Sevilla, después de igualar a cuatro, sólo se rindió al Barcelona en el minuto 115

El delantero del FC Barcelona, Pedro, levanta el trofeo que les acredita campeones de la Supercopa de Europa larazon

El Sevilla, después de igualar a cuatro, sólo se rindió al Barcelona en el minuto 115. En el tiempo extra, Pedro hizo su último servicio al Barcelona con el quinto gol

Faltan palabras para describir el espectáculo soberbio que brindaron Barcelona y Sevilla, dos prodigios de emoción y arrestos que batallaron hasta quedar exhaustos en un encuentro decidido por el talento inabarcable de Leo Messi, el mejor futbolista del orbe sin discusión posible.

Argentina no fue campeona de América hace un mes por falta de puntería. En la final contra Chile, ni Banega ni Messi ni ninguna de las otras estrellas albicelestes fueron capaces de marcar, pese a disponer de claras ocasiones para ello. Ayer, los dos nombrados tardaron en encontrar las respectivas telarañas de Ter Stegen y Beto en sendas faltas al borde del área. El encuentro arrancaba empatado, como mandan los cánones, pero empatado a uno luego de dos magistrales lanzamientos de estos argentinos que rinden en Europa, pero no con su Selección. Sucede que el mejor futbolista del orbe no comparte honores ni siquiera un ratito. De modo que, llegado el cuarto de hora, se atrevió con otro «friqui» desde más de treinta metros que entró junto al palo, no sin cierto colaboracionismo del portero sevillista. No había que cabrear al astro.

Con el resultado a su favor, el Barcelona es inabordable. Incluso en verano, a ritmo de geriátrico, los culés son conscientes de que les basta con aceptar el intercambio de golpes para terminar dejando al rival en la lona. Pudo hacer Luis Suárez el gol del KO, de hecho lo hizo, pero se lo anularon por un inexistente fuera de juego; pudo marcarlo Iniesta y también pudo empatar Gameiro, lo que impidió Dani Alves al salvar sobre la línea el remate del francés. El golpe fatal se lo terminó asestando al Sevilla Rafinha, la sorpresa de Luis Enrique en una alineación en la que se preveía a Pedro, después de que Beto le parase un mano a mano a Luis Suárez y que el uruguayo se hiciese con el rebote para asistir a su compañero. Eso fue justo antes del descanso, la misa parecía estar dicha.

Si la sensación que planeaba era que la segunda parte sobraba, tras el cuarto gol azulgrana ya fue una certeza. Tremoulinas le regaló una pelota en zona comprometida a Busquets, quien conectó con Suárez para que batiese a Beto en su salida.

Enseguida replicó el Sevilla mediante Reyes, tras rematar un centro medido de Vitolo. Lo dicho, un intercambio de golpes siempre favorable al púgil más pegador. O no. Es digna de todo encomio, sin embargo, la voluntad de los muchachos de Unai Emery, siempre corajudos y nunca resignados ante la patente superioridad catalana. «Dicen que nunca se rinde», reza el himno de El Arrebato, ese evangelio cantado del fútbol sevillano.

Los 50.000 espectadores que abarrotaban el Boris Paichadze, fieles culés de la diáspora asiática, podrán dar durante años testimonio de ello. Venidos para rendir pleitesía al dios Messi, cuando la remontada sevillista se sustanciaba prorrumpieron en un cántico arrítmico, difícilmente inteligible: «Ci-bi-yá, Ci-bi-yá». El homenaje espontáneo de un público tranquilo cuando Reyes hizo el 4-2, sorprendido cuando Gameiro estampó el penalti del 4-3 y literalmente alucinados cuando Konoplyanka empataba a cuatro después del cuerpeo colosal de Immobile sobre Bartra, que dio paso a una prórroga que ni los más osados apostantes se habrían atrevido a pronosticar media hora antes.

En el tiempo extra, Pedro rindió su último servicio al Barcelona al remachar en la línea un tercer tiro libre diabólico de Messi, que no fue gol porque se interpuso una gran mano de Beto. Aún pudo Rami provocar los penaltis en el minuto 122 con un remate a puerta vacía, pero la copa ya tenía grabado, en la madrugada georgiana, el nombre del Barcelona.

Ficha técnica:

5 - Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano (Pedro, min.93), Mathieu; Busquets, Rakitic, Iniesta (Sergi Roberto, min.62); Rafinha (Bartra, min.78), Suárez y Messi.

4 - Sevilla: Beto; Tremoulinas, Rami, Krychowiak, Coke; Iborra (Mariano, min.81), Krohn-Dehli, Banega, Reyes (Konoplyanka, min.67); Vitolo y Gameiro (Inmobile, min.81).

Goles: 0-1: Banega, min.3; 1-1: Messi, min. 6. 2-1: Messi, min. 15; 3-1: Rafinha, min. 42; 4-1: Luis Suárez, min. 52. 4-2: Reyes, min. 57. 4-3: Gameiro (p.), min.72. 4-4: Konoplyanka, min.82.

Prórroga: 5-4: Pedro, min.114.

Árbitro: William Collum (ESC). Amonestó con tarjeta amarilla a Krychowiak, Coke, Pedro y Mathieu.

Incidencias: partido correspondiente a la final de la Supercopa de Europa en el estadio Boris Paichadze del Dinamo de Tiflis con capacidad para 54.500 espectadores (lleno). Asistieron al partido el presidente de la UEFA, Michel Platini, y el seleccionador español, Vicente del Bosque.

EFE