Champions League

F. C. Barcelona

Mejor con once y con diez

El Barça supera con claridad al Olympiacos pese al susto de la expulsión de Piqué antes del descanso. Messi, de nuevo el mejor.

Un momento del partido en el Nou Camp
Un momento del partido en el Nou Camplarazon

El Barça supera con claridad al Olympiacos pese al susto de la expulsión de Piqué antes del descanso. Messi, de nuevo el mejor.

Pocas veces una primera parte tan buena dejó una sensación de insatisfacción tan grande. Mareó el Barcelona al Olympiacos de un lado a otro, echando mano de casi todos los registros que hay en el fútbol, pero sólo encontró un gol, afortunado además porque fue Nikolaou quien metió la pelota en su portería. Chocó con el larguero Paulinho y lo hicieron contra el portero Proto Luis Suárez y Messi. Lo intentó Deulofeu, probó Iniesta... Pero nada. La superioridad no se vio plasmada en goles.

Entró por las bandas el Barcelona con el propio «Deulo» como protagonista. Menos tenso que otras veces y atinado en los retos de uno contra uno, el extremo exprimió su banda derecha, en compañía de Sergi Roberto, aunque al descanso tuvo que ser sustituido para equilibrar al equipo. Al pobre, parece que le ha mirado un tuerto. ¿Equilibrar? ¿Por qué, visto lo visto? Porque justo antes del descanso a Piqué le pudieron las ganas. En una de sus incorporaciones sacó la mano para rematar la una pelota que se le había quedado un poco atrás, y vio la amarilla. Ya tenía otra, muy clara por un agarrón. Roja. El Barça se iba al descanso con un gol a favor (sólo), pero con un jugador menos. Ya no importaba ese despliegue por las bandas, ese juego combinativo o la perfecta presión liderada por Busquets que apenas permitió al Olympiacos pasar del centro del campo... La segunda parte se presentaba entre interrogantes.

Pero la diferencia de nivel entre los dos equipos es tan grande que con diez también fue mejor el Barcelona. Sólo amagó el Olympiacos con asomarse a la portería de Ter Stegen en un par de oportunidades hasta que Messi tomó el mando. Ya había hecho una buena primera parte el argentino dentro del trabajo coral del grupo, pero después fue decisivo. Llevaba tiempo sin marcar un gol de falta, parecía que había perdido «feeling» con el balón en esos lanzamientos, pero ayer no perdonó. Cierto que no fue su mejor tiro, ya que le salió un poco centrado, suficiente para sorprender a Proto. Pese a esa acción, poco se puede decir de la actuación del guardameta, que salvó una goleada mayor.

Para que la tranquilidad fuera absoluta Messi volvió a aparecer para sacar los «ohhh» del Camp Nou con una «croqueta» en la que recordó a Laudrup o a Iniesta, para centrar atrás a continuación y que Digne lograra el tercero. No hubo lugar para lamentos pese a la tonta expulsión de Piqué. Ganó el Barça, que acaricia la clasificación para octavos, y brilló Leo de nuevo, que alcanzó los 100 goles en competiciones europeas. Estaba todo resuelto, pero Messi permaneció los 90 minutos en el campo para firmar el pleno. Todos los minutos oficiales los ha disputado, aunque de momento no se le ve agotado. Sí hubo descanso para Iniesta y Busquets. Tanta fue la relajación en la última media hora que al final Nikolaou anotó el tanto del honor. Él, que había marcado en propia puerta y que hizo a Messi la falta que acabó en el 2-0, se llevó, al menos, una alegría. Es la primera diana que encaja Ter Stegen en la Champions.

Se fue la afición contenta a su casa en un día en el que la política volvió a ser protagonista en el campo del Barcelona. La lluvia deslució el aspecto del Camp Nou, al que apenas acudieron 55.000 espectadores. La pancarta «Diálogo, respeto, deporte», pactada con la UEFA, se desplegó antes del comienzo. El club no permitió la entrada de otras en favor de «los Jordis».