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El único gol legal fue de Dembélé

El Valladolid empató en el último instante, pero el VAR mostró que había fuera de juego de Keko Gontán, como antes había hecho con una diana de Luis Suárez. El francés se reivindica

Dembelé celebra el gol del Barcelona
Dembelé celebra el gol del Barcelonalarazon

Segunda jornada y el VAR ya ha tomado la palabra de forma decisiva. En el duelo de ayer en el Nuevo Zorrilla, confirmó que un gol de Suárez era fuera de juego y después que el que hubiera supuesto el empate, de Keko Gontán, en el último instante, también era ilegal.

Segunda jornada y el VAR ya ha tomado la palabra de forma decisiva. En el duelo de ayer en el Nuevo Zorrilla, confirmó que un gol de Suárez era fuera de juego y después que el que hubiera supuesto el empate, de Keko Gontán, en el último instante, también era ilegal. No quedaba tiempo para más. Hubo que esperar unos minutos, de tensión para todos, a la espera de lo que decía el vídeo. Y lo que dijo fue que la posición del futbolista local no era legal, lo que dejó los tres puntos en el casillero del Barcelona.

El césped fue ayer un enemigo más, un obstáculo a sortear. Se terminó de colocar hace apenas un par de días y en cuanto los jugadores cambiaban de dirección o pisaban fuerte, se rompía. La pelota rodaba... Y saltaba. Hasta el árbitro volvía a colocar los pedazos levantados. El problema lo tenían ambos equipos y lo peor, el riesgo de lesión. Era difícil rasear el juego. Empezó incómodo Messi, con varias pérdidas que propiciaban los contragolpes del Valladolid. El equipo de Sergio disputó 25 minutos interesantes: bien cerrado y peligroso a la carrera. Ünal, con un disparo con la izquierda, probó los reflejos de Ter Stegen. Poco a poco se fue entonando el Barça. Pese al malestar por la hierba, empujó al Valladolid hacia atrás y Messi se unió a lo que habían empezado Coutinho, Dembélé y Jordi Alba por la izquierda. Siempre fueron peligrosos. Por allí se centró el juego de ataque de los de Valverde, que no se fueron al descanso con ventaja en el marcador de milagro. La precisión de Messi en el pase es tremenda. Difícil encontrar un partido en el que no deja solo delante del portero a un compañero. Dembélé fue el destinatario esta vez, pero se equivocó en el centro definitivo a Suárez. El francés, de todas formas, disputó un gran encuentro, amenazante, peligroso y difícil de leer por la facilidad que tiene para utilizar ambas piernas. Está más suelto y hasta parece que se le ha quitado la cara de susto. Suárez, por su parte, no está en su mejor momento, tosco; y el tiro de Coutinho lo detuvo Masip lanzándose abajo. Se desesperaba Valverde. No aprovecharon su momento.

Tras el paso por el vestuario se reanimó el Valladolid, de nuevo inquietante, con Ünal como jugador más peligroso. Movió Valverde a su equipo. No con cambios de jugadores, pero sí de posición. El 1-4-3-3 del principio se convirtió en 1-4-4-2. Dembélé pasó a la derecha, y a la primera, bingo. Lo que parecía una jugada perdida terminó en gol. Centró Luis Suárez algo pasado, pero la fe de Sergi Roberto le llevó detrás de la pelota y sobre la línea, cabeceó hacia atrás para que el francés chutara rápido y directo a la red. Justo cuando más se cuestionaba el futuro de Dembélé con la llegada de nuevos fichajes ha sido cuando más fuerte ha gritado él. Resolvió la Supercopa de España y fue decisivo también ayer.

El gol, que parecía lo más difícil, espabiló al Valladolid y atontó al Barcelona, que empezó a tener dificultades en la salida de balón. Y cada pérdida era una oportunidad de empatar. Clara, clara la tuvo Keko Gontán con un cabezazo a apenas un par de metros de la portería. No le dio ni fuerza ni dirección, lo que alivió a Ter Stegen. Cuando sí acertó el extremo, el VAR decidió que no era legal y eso salvó al Barcelona. Valverde había recurrido a Vidal, pero siguió sufriendo el Barça. No supo dormir el partido. Son deberes para el técnico azulgrana.