Chile
España vive una pesadilla
Una decepción absoluta irrumpió de nuevo en la selección española, que completó su desastre en el Mundial 2014 con una derrota contra Chile y una eliminación rápida, con un 0-2 con síntoma de fin de ciclo para la actual campeona del mundo, irreconocible en el estadio Maracaná.
Chile despertó recelos desde el día del sorteo; tan lógicos como inaudita y difícil de digerir la rendición prematura de España, una elección mental y físicamente destruida desde la goleada holandesa. Contrastaban la fe y el gesto fiero de los chicos de Sampaoli, mientras se desgañitaban cantando el himno, con el rostro demacrado de Casillas, que ha dejado de ser portero milagrero. Demasiados síntomas de caída imperial, y nulas reacciones, desde la zona técnica al rectángulo donde se dirimía una pelea desigual para combatir ese precoz abatimiento. Las consecuencias fueron terribles; España perdía 0-2 en el descanso, no emitía señales de recuperación y ni los cambios del segundo tiempo mejoraron su aspecto. Era un equipo roto, derrotado, perdido. La primera selección eliminada del Mundial.
Sampaoli, como Van Gaal, optó por la defensa de cinco y España se descolocó. Cumplido el minuto de partido, Chile había rematado dos veces. Marcó en el 15 y en el 43. En el 0-1, Vargas estaba solo; en el 0-2, Aránguiz, también. La debilidad es contagiosa, como los nervios; todo lo cual se contrarresta con fuerza, fe y aciertos; pero el «K. O.» era técnico e irreversible.
Más parecida a una selección herida que a una selección campeona, España dio los primeros pasos contra Chile... torpes. Perduraban los efectos perniciosos del debut, secuelas que debilitan la confianza, que sólo desaparecen cuando los rebotes favorecen, con pases medidos, velocidad y una presión insuperable... Eso es lo ideal, como lo eficiente es que Diego Costa hubiese aprovechado la ocasión del cuarto de hora. Y, sin embargo, marcaron los chilenos, tras un error infantil de Alonso en la entrega, que provocó un desbarajuste inconcebible en la defensa española. Fallaron todos, sin excepción, y Vargas solo, al recibir de Aránguiz, no tuvo más que empujar la pelota. Hubo oportunidad de remontar; pero no era el día, ni al cumplirse el vigésimoctavo aniversario de los cuatro goles de Butragueño a Dinamarca en Querétaro. Tampoco es el Mundial. Antes del descanso, falta de Alonso, dispara Alexis, despeja Casillas hacia donde no debe y Aránguiz, solo, como antes Vargas, terminó de esculpir en una lápida brasileña el RIP de España.
Cuesta arriba y contra el viento, la Selección era un flan; necesitaba golear y ni siquiera ganaba, perdía. Y con la desazón afloraban los nervios, las imprecisiones, la responsabilidad. Era incapaz de comprometer a los cinco zagueros de Sampaoli, cuyo cierre era Medel, 1,72 metros de estatura; no acertaba con el remate; aunque Bravo es portero sólo correcto, al que hay que chutar.
Los nervios de Xabi, incomprensibles en un futbolista tan templado y experimentado como él, no eran sino la evidencia de esa enfermedad que corroe a la Roja desde el viernes 13: descomposición. Del Bosque buscó un remedio y Koke entró por Alonso en el segundo tiempo. El mal era profundo, Busquets falló el 1-2 en boca de gol. La Selección, incompetente y desconocida; ruina de un equipo que deslumbró al mundo fabricando tantos majestuosos con una treintena de toques y que en Maracaná, donde nació el mito de Zarra, no acertaba con pases de dos metros.
La Selección no era un equipo. Los chilenos se defendían con criterio y esperaban agazapados los fallos del rival, seguros de que los iba a cometer. Era evidente; sólo faltaban las luces de neón para anunciarlos: Iniesta, en el trono de Xavi, se esforzaba sin brillo alguno; iba de una lado a otro sin que el balón encontrara el receptor adecuado, ¡increíble! Las escaladas de Azpilicueta y de Alba, horribles ambos, coincidían con el desmoronamiento de Busquets, de Ramos y Javi Martínez, de Silva y Diego Costa, con las carreras de Pedro como pollo sin cabeza y con la manifiesta inseguridad de Casillas: descolocado, bloqueado, congelado.
A los futbolistas españoles no se les puede discutir que corrieran; pero lo hacían sin concretar el rumbo; a los chilenos les bastaba con el orden, repliegues y despliegues medidos, para sembrar el caos y el desconcierto en una selección deshecha.
La pesadilla vivida contra Holanda se prolongó calcada ante Chile. A España sólo le resta salvar el honor contra Australia. Con estas trazas, parece imposible. Toca volver a casa, agradecer a estos jugadores los servicios prestados y pasar página.
- Ficha técnica:
0 - España: Casillas; Azpilicueta, Javi Martínez, Sergio Ramos, Jordi Alba; Xabi Alonso (Koke, m. 46), Busquets; Pedro (Cazorla, m. 76), Silva, Iniesta; y Diego Costa (Fernando Torres, m. 69).
Seleccionador: Vicente del Bosque.
2 - Chile: Claudio Bravo; Isla, Silva, Medel, Jara, Mena; Aranguiz (Felipe Gutiérrez, m. 69), Díaz; Alexis, Vidal (Carmona, m. 87) y Vargas (Valdivia, m. 86).
Seleccionador: Jorge Sampaoli.
Goles: 0-1, m. 20: Vargas. 0-2, m. 43: Charles Aranguiz.
Árbitro: Mark W. Geiger (Estados Unidos). Amonestó a los chilenos Vidal y Medel y al español Xabi Alonso.
Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada del grupo B del Mundial de Brasil 2014, disputado en el estadio Maracaná ante 74.374 espectadores, 30.000 de ellos chilenos. Lleno.
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