Fútbol

Para esto ha quedado James Rodríguez: De ícono del fútbol a figura de espectáculos en las Grandes Ligas

El colombiano participó en el primer pitcheo ceremonial de los Mets durante su estadía en Nueva York

James Rodríguez realiza el lanzamiento inicial para los New York Mets
James Rodríguez realiza el lanzamiento inicial para los New York Mets @Mets@Mets

James Rodríguez, una vez considerado uno de los máximos exponentes del fútbol colombiano y una de las grandes esperanzas del deporte cafetero, ha vuelto a ser noticia, pero esta vez por razones lejanas a su rendimiento deportivo en el campo. Recientemente, fue invitado a lanzar el primer pitcheo ceremonial en un partido de los New York Mets en el Citi Field de Nueva York, un acto simbólico que muchos celebraron, pero que para algunos marca la preocupante tendencia de que James cada vez brilla menos por su talento futbolístico y más por sus apariciones en espectáculos fuera del campo.

El lanzamiento inicial contra los San Francisco Giants generó aplausos y tuvo una cálida recepción de los asistentes. James, con la gorra oficial de los Mets, recibió el cariño del público mientras sostenía un papel más protocolar que protagónico. Aunque la invitación surgió en el marco de su estadía en Estados Unidos con el Club León para la Leagues Cup, el acto encendió dudas sobre el verdadero momento profesional que atraviesa el '10' colombiano. En lugar de hablarse de sus goles, asistencias o impacto futbolístico, se termina centrando la atención en espectáculos como este, que si bien pueden ser valiosos como marketing, evidencian una realidad incómoda: su carrera cada vez se ve más mermada sobre el terreno de juego.

Liga MX: Cruz Azul - León
Liga MX: Cruz Azul - LeónJosé MéndezAgencia EFE

No es casual que esta aparición en un estadio de béisbol ocurra en un momento donde su rendimiento ha estado bajo cuestionamientos, más aún después de fallar un penalti decisivo ante el New York City y recibir fuertes críticas por su desempeño reciente con el Club León. Hay un detalle menos comentado pero crucial: James, quien alguna vez fue el motor de la Selección Colombia y el eje creativo de clubes importantes, parece estar relegado a cumplir con actos protocolarios que recuerdan más su pasado glorioso que su presente deportivo.

Para esto ha quedado James Rodríguez, un talento que, en vez de consolidarse y crecer dentro del fútbol de élite, pasa a ser una figura más de espectáculos circunstanciales y un símbolo de tiempos mejores, en vez de un protagonista indiscutido. Su historia, hasta ahora llena de goles memorables y momentos de brillantez, enfrenta hoy la imagen de un jugador que lucha por mantener relevancia a través de apariciones mediáticas mientras su fútbol se desvanece a la sombra de destellos.

Sin embargo, cuando se pone la elástica de su selección el papel cambia y ahí está el desafío: encontrar la forma de transformar esa faceta en un renacer deportivo continuo y ser protagonista en el lugar en donde fue el más grande, dentro del campo. Hasta entonces, queda la incómoda sensación de que su papel ha dejado de ser el de un futbolista de alto nivel para convertirse en un espectáculo extra al margen del juego del que alguna vez fue estrella.