Croacia
Marcelo Brozovic, un cocodrilo en el futbolín
Su afición a meterse en líos ha ensuciado la imagen de este excelente futbolista, campeón de la Serie A con el Inter
Marcelo Brozovic es de esos futbolistas que llaman la atención. El centrocampista croata tiene la costumbre de no pasar inadvertido, ni dentro ni fuera del campo. Sobre el césped por su despliegue físico, su capacidad para equilibrar al equipo como mediocentro o sus llegadas al área rival. Fuera por su gusto por meterse en líos. Con las botas puestas soluciona problemas, en la vida real tiene facilidad para crearlos.
Nadie corrió más que él en la última temporada en la Serie A, un dato que no está nada mal para un cocodrilo, como bromeó el Inter en sus redes sociales. Ese es el apodo de Brozovic, cocodrilo, cuyo origen algunos sitúan en un partido contra el Barcelona en el Camp Nou. El croata se tumbó sobre la hierba detrás de la barrera para intentar impedir que Leo Messi tirara una falta por abajo cuando sus compañeros saltaran y esa pose le valió un sobrenombre con el que Brozovic se siente a gusto. Sus seguidores en redes sociales ya le han visto disfrazado de este reptil con motivo de Halloween.
No es lo más llamativo que ha hecho el croata cuando no tiene el balón en los pies. Amante de los coches de lujo, al volante de uno de los más ostentosos vivió uno de sus incidentes más incómodos. Se saltó un semáforo en rojo con su Rolls Royce y cuando fue parado por la policía, los agentes comprobaron que antes de subirse al vehículo, Brozovic había bebido algo más que agua. Le retiraron el carnet de conducir y su imagen comenzó a ensuciarse.
Más desagradable fue lo que sucedió un tiempo después, cuando protagonizó un altercado en el hospital San Carlo de Milán. Se presentó en las urgencias del centro con un amigo que sangraba por una pierna y exigió a gritos que le atendieran antes que a los demás pacientes que aguardaban turno. Cuando los médicos le indicaron que debía esperar, como los demás, Brozovic se alteró tanto que fue necesaria la intervención de la policía. La amenaza de detención por parte de los Carabinieri fue el único argumento que hizo entrar en razón al croata, que esperó turno junto a su amigo y terminó pidiendo perdón a los presentes. Según publicaron algunos medios, aquella noche Brozovic tampoco había bebido agua.
Estos incidentes han manchado la imagen de un excelente futbolista, cuyo concurso resultó determinante para que el Inter ganara la Serie A esta temporada y pusiera fin a una racha de nueve títulos consecutivos de la Juventus. Era la tercera Liga de su carrera, las dos anteriores las consiguió con el Dinamo de Zagreb, el mejor club de Croacia y el gran trampolín para que los futbolistas del país den el salto a campeonatos más poderosos. En el Dinamo aterrizó después de haber debutado como profesional en el Hrvatski Dragovoljac con 18 años y tras un paso por el Lokomotiva.
La Eurocopa 2020 es el cuarto gran torneo que disputa con Croacia, selección con la que fue subcampeón del mundo en Rusia 2018. La Euro 2016 y el Mundial de Brasil 2014 completan ese póquer de participaciones de Brozovic, que termina contrato con el Inter en 2022 y con el que todavía no ha renovado. Ha llegado el momento de comprobar si el disperso comportamiento que ha mostrado en ocasiones fuera del campo pesa más que su rendimiento.
Mientras se decide su futuro, Brozovic seguirá consumiendo gran parte de su tiempo libre jugando a los dardos, al pinball y al futbolín, tres de sus grandes aficiones.
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