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Fútbol

Un polémico penalti salva el debut de Xavi con el Barcelona

El gol de Memphis desde los once metros da el triunfo al Barcelona ante un Espanyol que al final le perdonó la vida

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Comenzó con victoria Xavi su andadura en el banquillo del Barcelona, pero descubrió que tiene mucho trabajo por delante. Es casi imposible ver al conjunto azulgrana ganar un partido con comodidad. Si el equipo era limitado antes lo sigue siendo ahora, y el estreno del nuevo técnico se salvó con un penalti de esos que traerá cola. Cabrera se lanzó al suelo a despejar un balón ante Memphis y llegó a hacerlo, pero también tocó en la parte de atrás de la pierna al jugador neerlandés. Al haber ese contacto no es una jugada de VAR, pero la acción no parece suficiente para señalar la pena máxima. El caso es que Del Cerro Grande lo hizo y Memphis no falló con su peculiar estilo de lanzarlos: tres pasos y pum. Engañó a Diego López y consiguió lo que tanto le sigue costando a su equipo: el gol. Pero es un equipo tan falto de confianza en estos momentos que si no logra cerrarlo, conforme se acerca la resolución se asusta y se mete para atrás y sufre mucho. Pero mucho. Las opciones de De Tomás, bueno, podían ser gol o no. Pero el cabezazo de Dimata era gol o gol. Y lo tiró fuera. Ni se lo creía. Pero es que después De Tomás cabeceó al palo un centro de Morlanes en un final en el que el Camp Nou estuvo al borde de un ataque de nervios.

Xavi adelantó que podía haber sorpresas en su once y puso al chaval Ilias Akhomach de extremo. La primer vez que atrapó la pelota dentro del área, buscó el disparo. Descarado. Pero la verdad es que con el paso de los minutos el plan por el que estaba ahí no salía. Es un encarador, un jugador de uno contra uno, pero no desbordaba. El juego se centró por el otro lado, principalmente cuando se incorporaba Jordi Alba con sus llegadas por sorpresa. Vamos, más o menos lo habitual hasta ahora. El toque de Xavi se veía en que el equipo estaba muy tirado hacia arriba y recuperaba pronto la pelota, pero la profundidad no aparecía. Siguió el atasco ante un Espanyol muy ordenado y sólo hubo tiros desde fuera del área, aunque es verdad que los centros de Alba a veces se quedaban a nada de ser rematados y sí transmitían peligros. Los desmarques de ruptura, sobre todo de Frenkie de Jong, fueron constantes, pero nada. El equipo perico se defendía a la perfección. Eso sí, quería Vicente Moreno que sus chicos hicieran algo más con la pelota. La perdían pronto salvo que le llegara a De Tomás, que se las apaña para controlar el balón mientras se está pegando con un defensa. Lo hace de maravilla y así generó peligro de verdad después de una maniobra en la que engañó a Mingueza. No terminó en gol de milagro.

El experimento de Ilias no salió y entró otro chico, Abde, que sí encaró y encontró lo que quería Xavi. Pero, sobre todo, encontró el Barcelona el gol y ni así supo gestionar el partido. Es más, lo tuvo menos controlado con 1-0 que con 0-0. Durante mucho rato se pareció demasiado al conjunto de Koeman. El Espanyol le perdonó la vida, esa es la verdad.

Las dudas no se solucionaron para el partido a vida o muerte del martes contra el Benfica.