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Fútbol

Mallorca-Barcelona (0-1): Milagro azulgrana: gol de De Jong y paradón alucinante de Ter Stegen

El equipo de Xavi consiguió su victoria más sufrida en Mallorca gracias a un tanto de su delantero más discutido y una mano increíble de su portero en el último minuto

Luuk de Jong celebra con Riqui Puig el gol que marcó al Mallorca
Luuk de Jong celebra con Riqui Puig el gol que marcó al MallorcaFrancisco UbillaAgencia AP

Entre las muchas cosas que Luuk de Jong no está teniendo en el Barcelona, como puntería o capacidad de adaptación al sistema del equipo, una de ellas es la suerte. Titular por obligación ante el Mallorca por las numerosas bajas, el neerlandés mandó al palo un balón después de un remate en el que tuvo que lanzarse al suelo, y pasado un minuto estrelló en el larguero una pelota después de rematar con una chilena espectacular, pero espectacular de verdad por estética y la violencia con la que salió el esférico. No encontraba consuelo el estirado delantero, que había empezado con un tiro de esos en los que parece el jugador se ha equivocado al ponerse las botas. Todo apuntaba a que podía quedar de nuevo señalado hasta que justo antes del descanso se elevó por encima de todos y agradeció la salida en falso de Reina para marcar el gol. Centró Mingueza y marcó Luuk, una anomalía en el Barça de esta temporada.

Pero es que el partido era extraño para todos por la gran cantidad de bajas que había en los dos equipos. Otro ejemplo fue que una falta al borde del área la tiró Piqué. Es el jefe y nadie le rechista. No fue mal dirigida del todo, pero se marchó fuera.

El tanto de Luuk de Jong reflejó la superioridad que había tenido el Barcelona con el pero habitual: al equipo le cuesta crear ocasiones. Mucho control sin apenas oportunidades claras e incluso el Mallorca empezó a estirarse en un cuarto de hora final en el que el conjunto de Luis García probó a Ter Stegen con algún lanzamiento lejano de Kang-In Lee, con varios centros al área y con una salida más limpia de pelota. Su técnico estaba desesperado por esta circunstancia: a los suyos les costaba tener un rato la posesión. Xavi también estaba tenso y después del gol dedicó un rato a tener una conversación con Eric García.

Les estaba faltando atrevimiento a los locales, con Ángel demasiado solo arriba y en desventaja en su pelea con los centrales. Comenzó la segunda parte con un par de recuperaciones y saliendo a correr, pero no tuvo continuidad. Volvía el Barcelona a estar cómodo, pero el marcador seguía en el aire, más con este equipo azulgrana que lleva un par de temporadas siendo demasiado frágil tanto atrás como de mentalidad. En cuanto vienen malas le cuesta dar un paso adelante y con resultados cortos suele temblar.

No se atrevía Xavi a hacer movimientos porque en el banquillo apenas había una panda de chavales con menos experiencia todavía que los del césped. A los 70 minutos ya no esperó más el técnico azulgrana y Nico, con calambres, abandonó el campo para que debutara Álvaro Sanz. Después lo haría Estanis. También en el Mallorca se estrenó en Liga Llabres, que sí había tenido minutos en Copa esta temporada. Así es el fútbol en este comienzo de año por culpa del covid: muchas caras nuevas en todos los estadios. O con jugadores fuera de sitio, porque si Araujo empezó de lateral izquierdo acabó en la misma posición por la derecha, para que un central, Lenglet, se fuera al costado zurdo.

El Barcelona no conseguía defenderse con la pelota. Los nervios, el cansancio, el resultado ajustado... Convirtieron el encuentro en un hervidero. El Mallorca había sido demasiado inocente, pero metió a su rival atrás. Otra vez le tocaba sufrir y en esta ocasión sí sobrevivió gracias a Ter Stegen, que paró de forma impresionante un remate clarísimo de Costa. Era el descuento. Puso el brazo duro y el balón salió despedido. El portero, intocable hasta este curso, también había sido criticado. Todos fueron a felicitarlo.