Champions
El Barcelona se pierde en Europa, cae ante el Inter y se complica la Champions (1-0)
El tanto de Çarhanoglu antes del descanso castiga a un conjunto azulgrana que no encontró su juego y que no logró conectar con Lewandowski. Polémica por una mano no pitada al final
El Barcelona no espanta los fantasmas en Europa y está de nuevo contra las cuerdas en la Champions. Un partido discreto el pasado sábado le dio para ganar en Mallorca en LaLiga, pero una noche floja en Milán ante el Inter, por mucho que el conjunto italiano esté medio en crisis, no fue suficiente ni para empatar y ya no queda margen de error. Los azulgrana están obligados a ganar el próximo miércoles al mismo equipo en el Camp Nou, y si es por más de un gol mejor, y después seguir peleando porque la clasificación no estaría cerrada. Si pierde, adiós y de nuevo los nubarrones de los últimos años.
Poco a poco se fue deshaciendo el Barcelona como un azucarillo, tras un comienzo de partido bastante apañado. Duró poco. El Inter tenía bajas en el centro del campo y lo notó. Presionaba bien el conjunto español y robaba en zona de peligro con asiduidad. Un poco de finura en ese momento y los de Xavi podían haber llegado a la portería ahorrándose decenas de pases. Pero faltó claridad. La tuvo Pedri en alguna acción, pero la conexión con Lewandowski no llegaba y Dembélé tuvo uno de esos días en los que parece que no ha dormido bien. De todas las acciones que tenía firmes, algunas generadas por un gran primer regate de él mismo, en ninguna terminaba por decidir bien y se liaba o centraba mal o lo hacía tan fuerte que parecía que más que poner la pelota en la cabeza de un compañero para que rematara, intentara arrancársela. Y, claro, el Inter poco a poco se fue viniendo arriba y amenazando en algún contragolpe. Cuando salía de la presión había metros para correr. Se salvó de milagro el Barça en un penalti por mano de Eric García, que no se pitó por fuera de juego previo, y también marcó un gol Correa después de haber partido de una posición ilegal.
Se frustraba el Barcelona, que ya no dominaba la situación, aunque tuviera el balón. Ya no se jugaba a lo que quería y en la última acción de la primera parte fue castigado con un disparo muy ajustado de Çarhanoglu al que no pudo llegar Ter Stegen. En realidad, tuvo llegadas, pero no ocasiones claras el conjunto español, con algunos futbolistas algo perdidos, especialmente Raphinha, que se iba de la banda al centro y no encontraba su lugar.
Se fue el Barcelona al descanso con cara de «tonto», entiéndase: con qué poco les habían hecho tanto. Quedaba tiempo y después de insistir en la idea al comienzo de la segunda parte de nuevo sin éxito llegaron los cambios. Ansu Fati, en un estadio en el que hizo historia, y Balde por un discreto Alonso y el desafortunado Raphinha.
Dembélé seguía insistiendo y ni cuando le salió tuvo un final feliz. Se marchó de Dimarco y centró con la derecha, para que Pedri aprovechara el rechace y empatara. Lo había hasta celebrado el canario, pero la acción estaba en revisión y hubo una mano previa de Ansu. Involuntaria, mínima, pero en acciones de gol se señalan. El problema del Barcelona era que seguía sin poder enchufar a Lewandowski. Según pasaba el tiempo, el Inter cada vez se fue metiendo más atrás y saliendo menos. Quería defender el tesoro que tenía. Apretó el equipo español, pero tampoco es que tuviera inspiración. Abusó de los centros laterales, de Dembélé, de Sergi Roberto, pero no llegaban los remates. Terminó crispado el Barça, pidiendo penalti por una mano de Dumfries que ni se pitó ni fue revisada por el árbitro de campo. Las prisas no suelen ser buenas consejeras. Esta vez se cumplió el dicho.
Se volvió a cumplir la máxima de este Barcelona: si no hay gol de Lewandowski no hay paraíso. Las tres veces que ha pasado, el conjunto azulgrana no ha conseguido ganar y ya en octubre está ante una semana decisiva con la vuelta contra el Inter cuatro días antes del Clásico en el Bernabéu.
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