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Champions

Un desastre para el Barça, otra vez, que solo empata contra el Inter y se condena a la agonía

Locura de partido que los azulgrana tuvieron perdido, pero logran la igualada gracias a Lewandowski. No están fuera matemáticamente de la Champions, pero casi

Pedri se lamenta durante el Barça - Inter
Pedri se lamenta durante el Barça - InterDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Sacó el Inter de centro y en dos pases la tiró fuera. El Camp Nou lo celebró casi como si fuera un gol. Había ambiente de los importantes porque el Barcelona, el ilusionante Barcelona de esta temporada, estaba contra las cuerdas en la Champions... Pero ni un apoyo así, tan mágico, le sirvió al equipo de Xavi, que tropieza de nuevo con la misma piedra en Europa. El lazo aprieta todavía mucho en el cuello, el conjunto azulgrana se condena a la agonía, porque no está eliminado matemáticamente, pero es irreal pensar que el Inter vaya a perder los dos partidos que le quedan, contra el Plzen y el Bayern en Múnich; y, es más, visto lo visto, es improbable pensar que ellos pueden vencer los dos que le quedan, contra los mismos rivales, pero recibiendo en lugar de visitando a los alemanes.

Esta vez la eliminación que solo un milagro puede evitar es más dolorosa porque el Barcelona se había reforzado, tiene una plantilla aparentemente buena para al menos competir en Europa, pero al final ha sido lo mismo. El equipo no da la talla ante los grandes del continente, tiembla de miedo, y ni la presencia de Lewandowski ha sido suficiente para cambiar la inercia.

El polaco fue el que sopló el poco aire que le queda al Barcelona con dos goles en los momentos finales en un partido que el conjunto español jugó mal. Porque la euforia en las gradas se fue apagando poco a poco al ritmo del equipo. En realidad, lo que pasa en el campo es como un interruptor para el público y los primeros diez minutos fueron de puro nervio, e incluso dieron para que Lewandowski rematara un córner que Mkhitaryan sacó sobre la línea. Pero en otra acción a balón parado en el otro lado, Dzeko se encontró con el larguero y no fue gol por un pelo, porque la pelota botó en la línea. A partir de ahí, con ese poquito, el Barcelona se descompuso del todo.

El Inter estaba defendiendo de maravilla y salía al contragolpe. Si al descanso se fue con el marcador en contra fue por la fe de Raphinha, que fue a buscar una pelota que parecía perdida y generó el gol de Dembélé, asistido por Sergi Roberto. Se volvió loco el francés, que era la imagen del nerviosismo: un futbolista que no se suele meter en nada, estaba en todas las peleas.

El regreso del descanso comenzó con el gol de Barella que dejó en mal lugar a Piqué. El central tiró mal el fuera de juego y después levantó las manos como si no pasara nada, pero detrás de él estaba el medio italiano para superar a Ter Stegen. A partir de ahí, la locura. Lo que requería calma se convirtió en un partido de ida y vuelta. Atacó sin sentido el Barça, no supo jugar, y Lautaro castigó otro fallo, esta vez de Eric García tras una pérdida de Busquets, para hacer el segundo. Donde no llegó el fútbol lo intentó el corazón, que de nuevo levantó el espíritu del estadio. Con balones colgados, un correcalles, Lewandowski puso el 2-2, llegaron las paradas salvadoras de Ter Stegen, que no pudo con Gosens en la enésima contra, y otro tanto más del delantero polaco para poner unas tablas de nuevo que no taparon el funeral.

Barcelona: Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Eric García, Marcos Alonso, Busquets, Gavi, Pedri, Dembélé, Raphinha y Lewandowski.

Inter: Onana; Skriniar, De Vrij, Bastoni; Dumfries, Barella, Mkhitaryan, Calhanoglu, Dimarco; Dzeko y Lautaro.