Fútbol
Xavi revoluciona el equipo y el Barcelona golea al Villarreal (3-0)
Tras su semana de pesadilla, el conjunto azulgrana logra un buen triunfo con el fútbol de De Jong y los goles de Lewandowski
Xavi habló de cansancio, de que habría cambios en el once, pero estos también eran necesarios para mover al equipo después de una última semana horrible, en la que dijo prácticamente adiós a la Champions y perdió el Clásico sin oponer demasiada resistencia. Dicho y hecho: el entrenador azulgrana agitó el árbol para recibir a uno de los mejores equipos del la Liga, el Villarreal, y la revolución dio lugar a la reacción. En sólo siete minutos, del 31 al 38, marcó tres goles, que estaba mereciendo ya un tiempo antes. De Jong se desplegó de maravilla de mediocentro para liderar la presión y distribuir la pelota. El encuentro era una pequeña reivindicación para el neerlandés, siempre vigilado desde que llegó, pues se quedaba en un sí, pero no, por debajo de lo que se esperaba de él. Hizo perfectamente de Busquets y casó a la perfección con Pedri y Gavi hasta que le aguantaron las fuerzas. Los dos extremos también eran novedad: Ansu Fati y Ferran Torres son menos regateadores que Raphinha y Dembélé, pero tienen la portería más en la cabeza. Lewandowski se lució, y de momento en lo que va de temporada, el Barça ha necesitado de los goles del polaco para vencer. Logró dos. El primero fue fantástico, porque cuando parecía que iba a rematar se colocó la pelota de tacón y con esa maniobra mandó a media defensa amarilla al suelo. La asistencia fue de Jordi Alba, sobre quien se puede dudar de su capacidad defensiva, pero no que en ataque es una de las mejores armas que tiene el Barça desde hace muchos años.
Con la presión y una recuperación de Pedri y el empeño de Gavi, llegó el segundo tanto de Lewandowski con un disparo pegadísimo al palo, donde suele tirar en cuanto le dejan medio metro. Tiene en la cabeza las dimensiones de la portería y no le hace falta ni mirar. Ansu Fati completó la fiesta para finalizar una jugada colectiva que empezó en De Jong.
Jugó bien el Barcelona en la presión y mejoró en la velocidad con la que movió el balón. Eso sí, en ocasiones se siguió partiendo demasiado. Porque el Villarreal sufría atrás ante un rival inspirado en ataque, pero también salía con peligro al contragolpe. Antes de los goles de los azulgrana, pudo dar un susto Danjuma y también Jackson. Si los amarillos superaban la primera embestida podían correr, pero un mal control, un remate que se va fuera o la pierna salvadora de Koundé o Marcos Alonso evitaban un mal mayor e incluso que Ter Stegen tuviera que intervenir. «Es el fútbol», que suele decir Xavi. Si hubiera entrado alguna de esas y los castellonenses se hubieran puesto por delante, el partido es otro, la idea se refuerza (¿no es eso lo que pasó en el Bernabéu? A la primera que pudo correr el Madrid, pum), pero como no lo hizo y el Barcelona terminó poniéndose por delante, con justicia, pues ya le salía todo de corrido al conjunto local.
Arrancó el segundo tiempo con las mismas ganas, o más todavía, y con mucha confianza para tener un partido controlado en el que fue muy feliz. Lewandowski siguió mostrando mil detalles como un control de una pelota que caía del cielo que lo colocan más allá de la definición de «9», recuperaba la pelota rápido el Barça con los pulmones de Gavi; y Jordi Alba seguía llegando por sorpresa... Al Villarreal le costaba cada vez más salir en busca de un gol que le metiera en el partido y que pudiera poner de los nervios a su rival. La pelea de Morales no fue suficiente. Bajó el ritmo del encuentro la última media hora, en la que reapareció Bellerín y jugó Piqué, recibido entre pitos y aplausos.
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